sábado, 29 de octubre de 2016

Otoño urbano

Están la tardes esta semana tan agradables cuando salgo de trabajar (de sol, no de temperatura...) que ayer terminé remoloneando algo antes de subir al tranvía, entretenido con los colores de los árboles; ya la semana que viene, con el cambio de hora, me temo que empezaré a vivir más de noche que de día... Se está portando bien el otoño: llueve y hace sol cuando le da; pero, al revés que en primavera, suele llover entre semana y hacer bueno el finde. Y aprovecharé éste de puente, que también pinta soleado, para ir a Berlín a ver a Andrea. La vida del postdoc: p'aquí p'allá, en pos de los amigos y coleccionando recuerdos... a la vuelta nos vemos. Acordaos de rezar por los difuntos, que ¡benditos ellos!, ellos no nos olvidan.

viernes, 28 de octubre de 2016

Les Laumes - Alésia

 "Les Laumes - Alésia", que así se llamaba la estación de tren desde la que Cefe y yo nos dimos una buena caminata el pasado domingo, disfrutando del campo y el monte, vestidos de otoño.

 La primera mitad del nombre le viene a la estación del pueblo de Venarey-Les Laumes. En las calles, vacías de gente, como todos estos contorno los domingos por la mañana, eran los pitos reales Picus viridis los únicos que con sus risotadas animaban algo el ambiente. El pito real europeo se distingue fácilmente del ibérico P. sharpei, ése que tanto abunda en los parques madrileños, porque el negro le cubre todo el contorno del ojo.

 Paralelo a grandes rasgos al curso del Brenne en esta zona de Côte d'Or, el canal de Borgoña atravesaba también el pueblo, permitiéndole hacer lo propio a unas cuantas pequeñas gabarras de movimientos perezosos. Buena parte del interior francés tiene un relieve muy suave, lo que permite que estos canales, como pequeñas carreteras acuáticas, tracen una red a lo largo y ancho del país.

 Cruzado el canal, enseguida empezamos a subir algo en altura (sólo algo: la "montagne" tenía apenas 400 m snm), entre retazos de bosque y prados llenos de vacas charolesas, la especialidad de la región.

 Y haciendo compañía a las vacas, e intuyo que cazando topillos unas y otros, contamos un buen número de garzas reales y busardos ratoneros.

 Y en subir y bajar la colina, se nos fue media mañana. Eso, por lo que toca a Les Laumes; tirando hacia el otro lado, y encaramado en otra elevación, está el pueblo de Alise-Sainte-Reine. Alise, Alésia... costó mucho dar con el emplazamiento del lugar concreto, por largos años olvidado...

 ... pero finalmente parece que las excavaciones arqueológicas vinieron a confirmar que sobre el cerro de la foto se hallaba el antiguo fuerte de Alesia, último foco de resistencia galo frente a los invasores romanos. Sobre el mismo una estatua de Vercingétorix, de modestas dimensiones, vigila eternamente el emplazamiento del campamento enemigo...

 ... donde (al fondo en la foto) una serie de reconstrucciones históricas y un centro de interpretación instruyen al visitante, no sé yo si con mucha parcialidad, sobre los hechos aquí sucedidos.

Y despedimos a la vez, día y entrada, tomando la misma ruta que según Cefe (en la foto) tomó en su momento Julio César para volver a casa, pues bien sabido es que cualquier camino que siguiera habría de llevarle allí.... y hay que ver, ¡cómo me chincha que los chistes buenos se le ocurran a los demás!

jueves, 27 de octubre de 2016

El octavo pasajero

 Vuelven con el otoño las aves migradoras a visitarnos, y ya sabéis que cuanto más exótico sea su origen y más escasas sean, más gusto da verlas. Y aunque no entren estrictamente dentro de la categoría de rarezas, los escribanos nivales son de mis pájaros preferidos: un contraste emplumado entre las embravecidas condiciones polares y su carácter confiado y cara de buena gente.

© Ricardo Hevia, vía Galiciaves
 Comienzan a llegar, como digo, para pasar como suelen en escaso número el invierno entre nosotros. El de la foto de arriba llegó hace un par de días a cabo Ortegal, seguramente tras volar directamente desde las Islas Británicas, proveniente a su vez quién sabe de dónde más al norte. Pero no vino solo...

... sino acompañado por al menos tres pequeñas garrapatas; seguramente en algún estadio juvenil. Garrapatas que tras alimentarse durante algunos días de la sangre del escribano, se dejarán caer, entrarán en diapausa y en primavera se metamorfosearán en la siguiente fase de su ciclo vital. Conservando en su interior las bacterias que posiblemente viviesen en la sangre del buen escribano de la foto. Y volverán a engancharse a otro pájaro, a un despistado pajarillo gallego que picaba por allí; y los patógenos groenlandeses se multiplicarán en este nuevo hospedador. Y continuarán sus andanzas por el mundo, quién sabe si para, subidos a otra garrapata, subida a una golondrina, llegar dentro de unos meses al África tropical... Y esta es sólo una de las maneras en que una enfermedad emergente aparece donde menos se la espera. Y estar ojo avizor para intentar explicar el comportamiento de estos sistemas es lo que, financiación mediante, nos da de comer a unos cuantos.

miércoles, 26 de octubre de 2016

Pues ya somos tres

Tres españoles, digo. Apenas dos semanas después de que llegase Cefe, se ha incorporado al departamento Miguel, que también viene por un año, desde Madrid. Un tío con suerte, que sólo ha tenido que esperar seis meses y un poco de Decathlon entre la defensa y la postdoc... Un dato: comentando ayer cómo habíamos conseguido nuestros respectivos contratos, resultó que los tres compartíamos una historia muy similar: nuestros jefes actuales nos conocían de oídas a través de terceras personas o de congresos, y vinieron a buscarnos para ofrecernos el puesto. Y al final uno se mata a preparar cartas de presentación y echar solicitudes... ¿para qué? Las vueltas que da la vida, ya ves, y ya veis lo importante que es ser majo con todos, que el mundo es un pañuelo.
Y con la llegada de ambos, en lo que va de octubre he hablado más que en los ocho meses anteriores. Y no era precisamente por no saber francés...

domingo, 23 de octubre de 2016

Desde Rusia con... ganas de revolucionar

Hace apenas un año que me taché mi última rareza, una además buscada durante tanto tiempo, pues era de las menos raras (tanto que me la sacaron ya de la lista de rarezas) y, además, bonita: el mosquitero bilistado. Octubre es el "mes del bilistado" por excelencia, y este año en España está la cosa movidita, con decenas de citas por Levante y muchas también en el interior. Y muchos de los que veo en fotos están, como el que yo vi, posados en álamos, comiendo pulgones. Y yo que vivo en Francia, más al noreste que vosotros, debería tenerlo incluso más fácil para verlos aquí; lo pensaba este día mientras de propio intento iba buscando por las calles de Dijon, no mosquiteros, sino álamos, y comprobando con pena los pocos que hay por donde me suelo mover...
A ver si mi localización más nororiental me ayuda al menos a encontrarme con el que, de verdad, está siendo el ave de año en Europa: el acentor siberiano Prunella montanella:

El protagonista de tanto alboroto. Wikifoto
 No es que sea el pájaro más colorido del mundo, pero tampoco es feo; al menos es fácil de reconocer, ¿no? Ya os lo digo yo, para los que no tengáis el contenido de las guías de Europa en la cabeza. ¿Y qué tiene de especial este pajarillo? Lo raro que es por nuestros lares, básicamente: al igual que el bilistado, es un pájaro que cría en Siberia, de los Urales hacia el este, y que migra en invierno hacia el lado contrario a donde estamos. Pero al igual que el bilistado, de vez en cuando también se pierde, y le da una alegría a los pajareros occidentales con los que se topa. ¿Y cuál es la diferencia? Pues que mientras las citas de bilistados se cuentan cada otoño en Europa por centenas, para recopilar todas las de acentor siberiano llegaban hasta este año los dedos de las manos.

Mapa de aquí, de la web del grupo pajarero de Borgoña
¿Qué está pasando pues en 2016? Pues que, por las causas que sean, estos acentores están llegando a Europa por decenas, como veis en el mapa de arriba, originando primeras citas en cinco países hasta la fecha.
Hoy, que salgo al campo, ya veremos si veo alguno; supongo que más posibilidades que vosotros tendré. Lo malo con los pajaretes es que no son tan fáciles de buscar como las aves acuáticas por ejemplo, que se juntan en lugares concretos y despejados, fácilmente escrutables con un telescopio; sino que pueden aparecer un poco en cualquier parte. Este acentor, en concreto, se ve que se comporta como cualquier acentor, y en esta foto podéis ver uno de los tres que han aparecido en el Reino Unido, en amor y compañía con un acentor común, en un jardincillo cualquiera. Y ¿qué es lo que pasa cuando en esa tierra de pajareros aparece un bicho tan rematadamente raro? Pues que la multitud que se congrega para verlo es descomunal. Aquí, más.

sábado, 22 de octubre de 2016

La muda

 La muda que dejó muda a la señora. La muda... de la culebra, se entiende. Cuando ya dábamos este verano por enterrado y amortizado, todavía La Voz nos sorprende con los últimos coletazos de una serpiente del ídem. Y a juzgar por las pieles que calza, deben de ser coletazos de categoría.
Pero una cosa es encontrar la señal de La Bestia, y otra muy distinta darse de bruces con ella, como les sucedió hace unos días a Ermitas y Voli (si no sale el nombre de la mascota no es una noticia de LaVoz TM). Pero mejor que os lo cuente ella que, de verdad, no tiene desperdicio...

Terrible, apocalíptico...
Muertos os habéis quedado, normal. Muerta se habría quedado la señora también, de no ser porque a su edad ya no se espanta de nada, y menos con el historial de trato con serpientes que tienen en su familia... en fin, dejo ya el tono irónico, que la buena mujer no lo merece; y vamos a darle un par de vueltas a lo que cuenta, ya en serio. Tras pensarlo un rato, se me ocurre que han podido pasar tres cosas:
- Que lo que relata doña Ermitas sucedió así, punto por punto.
- Que lo que cuenta es el recuerdo de lo que vio y no el reflejo fidedigno de la realidad: que ni la culebra era tan pavorosa, ni el lagarto tan grande, ni la lucha entre ambos tan enconada. Esto me parece un poco más probable que lo anterior.
- Y una tercera opción, que la verdad me parece la más plausible: que doña Ermitas, sugestionada por los relatos anteriores sobre culebras gigantescas en el parque, identificó mal lo que vio; y que lo que vio fue en realidad no una culebra, sino un visón o una nutria saliendo del agua en pos de una rata. Esto explicaría detalles tan extraños como que la pelea estuviese ya desarrollándose en el agua, pasase después a tierra y de vuelta al agua luego, que el "lagarto" chillase, o que la "culebra" fuese "bastante gruesa y con una cabeza muy grande"; pues casi todas las serpientes, por grandes que sean, son bastante "tubulares" y la cabeza suele ser muy pequeña. El pelo mojado, pegado al cuerpo, puede dar fácilmente una impresión de suavidad reptiliana, y más en una nutria, que es un bicho muy alargado. Ya lo del color "verdoso"... bueno, a saber a lo que llama la señora "verdoso", pero si es éste el único detalle difícil de explicar de mi historia, creo que gana por goleada a todas las demás.
En fin... mientras no desemboque esto en una caza de brujas-culebras y en una "limpieza" masiva del pobre arroyo, al menos nos habremos reído un rato. Pero no las tengo yo todas conmigo...

jueves, 20 de octubre de 2016

El mentón de la leona

Leones de la cueva de Chauvet
 El secreto de los fósiles, un libro en el que Mauricio Antón (paleontólogo experto en felinos fósiles, y gran artista) explica cómo se las apaña para recrear el aspecto externo de las criaturas extintas a partir de los restos disponibles, es uno de los libros más entretenidos e instructivos que haya leído. Entre otras muchas cosas intereresantes, menciona el autor que, de no ser porque nuestros ancestros nos dejaron una "guía de campo del Pleistoceno" en forma de pinturas rupestres, no tendríamos forma de saber, sólo por los huesos, que los leones de las cavernas tenían la misma "barbilla" de pelo característica de parientes actuales y que no tienen otros felinos de cráneo por lo demás muy similar, como los leopardos. O que, en cambio, los machos apenas sí tenían melena... Es ciertamente un tema que te hace pensar un poquillo, el de las inevitables limitaciones inherentes a imaginar cómo eran de verdad los animales extintos.
Y me acordé inmediatamente del mentón de los leones al leer ayer un artículo que acaba de aparecer en Nature Communications. Os resumo la parte del contenido que me interesa comentar: a lo largo de los últimos cientos de miles de años, durante la sucesión reciente de periodos glaciales e interglaciales, los hábitats europeos han ido cambiando con el clima, y la fauna, lógicamente, con ellos. A partir de una serie de fósiles muy bien preservados y datados con precisión, los autores han podido demostrar cómo en el registro fósil europeo se van alternando, en función del clima, dos especies de bisonte: el bisonte europeo moderno y una especie extinta, el bisonte de estepa, precursora del bisonte americano. Lo gracioso vino cuando se dieron cuenta de que en realidad semejante resultado lo habíamos tenido desde hace bastante tiempo delante de los ojos: resulta que las diferencias en el estilo de pintar bisontes de las pinturas rupestres...

Del artículo que comento
... no eran, como se creía en Arqueología, fruto de distintas "escuelas pictóricas", por así decir, sino en realidad pinturas muy precisas, del natural, de la especie de bisonte que en aquel momento rondaba por fuera de la cueva: la datación de los distintos estilos de pinturas de bisonte, y de los restos reales de los mismos, concuerda a la perfección. Bien curioso, ¿no? Cada vez me admira más cómo, con apenas cuatro líneas, los "atrasados trogloditas" eran capaces de conseguir unos niveles de expresividad que para sí los quisieran muchos...

martes, 18 de octubre de 2016

Producción "científica"

No se ve muy bien en la foto la fecha que viene escrita en ella, pero hizo ayer un año que la botellita de arriba llegó a mis manos. Hablando con Cefe, que se vino a Dijon, para un año como yo, pero con literalmente una maleta, me acordaba yo de mis bultos y me dio un poco de vergüenza: tener tal cantidad de "imprescindibles cosas superfluas". Pero sí es verdad que agradezco ahora mucho el haber empaquetado en su día pequeños recuerdos de la gente de Madrid: ya las postales que tenía en el despacho, ya un pequeño pajarillo, ya una bicicleta de alambre... que queráis que no hacen bastante compañía en esta vida errante. 

Errane, que no "errada", espero. Pensando un poco en esto, me acordé de las muchas parejas jóvenes (= claramente menores que yo) con niños (S, plural) que veo por la calle aquí en Francia; no me preguntéis por si las ayudas estatales esto o lo otro, que no lo sé. Me acordé, digo, pensando en lo tarde, mal y nunca en que un científico español de mi quinta consigue la mínima estabilidad como para atreverse a tanto. Pensando en que Sofía y Samu no fueron los primeros en casarse, pero sí los primeros que hace unos pocos meses añadieron a Aroha al mundo de los vivos (¡y tan viva, la chiquitaja!)... a ver si no tardáis mucho los demás, que somos gente tan estupenda que es una pena que muchos niños se estén perdiendo la oportunidad de tener unos padres tan geniales.

domingo, 16 de octubre de 2016

La Bouzaise

 Iglesia de Nôtre Dame, en Beaune. Beaune es la primera villa grande bajando en tren hacia el sur de Dijon, y de allí partió y allí retornó la ruta que hicimos Cefe y yo el domingo pasado. El pueblo, bastante lleno de visitantes en fin de semana, era bonito, pero tampoco como para dedicarle un reportaje fotográfico...

 ... al menos en este blog, que para bien o para mal ya sabéis que cojea un poco del pie de lo verde y azul. El pequeño río de Beaune en cambio, el Bouzaise, que nace al lado del pueblo, sí me hizo bastante más gracia. Antes de atravesar el núcleo urbano bajaba muy limpio y lleno de vegetación y bicherío.

 Y antes incluso, en las afueras, queda retenido en un lago medianejo, en el parque al que da nombre. En ese parque comimos, y me entretuve bastante dándole al disparador.

 Un par de carpas. A que no sabíais que mi cámara era sumergible, ¿eh?

 No creo que lo sea, la verdad; por si acaso intentaré que nunca se me caiga al agua. Las carpas nadaban, o lo intentaban al menos, pues algo encajonadas sí que estaban, en este pequeño estanque situado junto al lago

 Ya más a sus anchas, en el propio lago, nadaban unas cuantas ocas domésticas, y otras especies silvestres. Silvestres, que no "salvajes", pues este jovenzuelo de ánade azulón Anas platyrhynchos enseguida aprendió en la escuela de la calle que, poniendo buena cara a los visitantes del parque, a mayores de algún que otro susto, también podía uno llevarse algún mendrugo de pan. Pan que no le dimos, por cierto, ni deberíais dárselo vosotros, que no les viene bien para la salud, y lo que sobra de una mancha el agua y de otra atrae a ratas que pueden atacar a los patos como segundo plato.

 Más desconfiada que los patos, y más interesada también en comer plantas acuáticas que en mendigar un pedazo de baguette, esta gallineta Gallinula chloropus no se nos acercó tanto; peor para ella, que queda peor retratada que el pato de arriba.

 Más paciencia tuvo con nosotros su pariente la focha común Fulica atra, pero descubrí que la combinación de negro y blanco resulta complicada de retratar y que quede bien.

 A mayores de la fauna del estanque, el parque tenía también un recinto con ovejas... y lo que no eran ovejas, aunque por el color quisieran dar el pego.

 Y ya para acabar, una pajarera con unas cuantas palomas de razas de adorno, que harían las delicias de Darwin y de padre de Picasso. Sé que a mucha gente, que sólo asocia paloma con peste, se le hace raro pensar que otrora las palomas se comiesen, o que a nadie le pueda gustar criarlas por el gusto de verlas, como si fuesen canarios o perros; pero la verdad es que la cantidad de razas de palomas resulta abrumadora. Cierto es que la mayoría me parecen bastante horrorosas, como las de pez rojo... La de arriba es una paloma Lahore lavanda...

 ... esta otra, a la que cuesta encontrar la cabeza, es una paloma capuchina...

... y su compañera en esta foto, con forma de paloma normal pero curioso color de morito, es una paloma arcángel. Ya veis: no me taché nada en el monte  tuve al final que contentarme con estas palomas. Pues contento me fui para casa, que yo con poco ya me conformo.

sábado, 15 de octubre de 2016

Aniversario mostacero (VIII)

Burla burlando, van ya ocho meses en Dijón; ocho meses en los que el verano acabó y nos metimos de lleno en el otoño y sus lluvias. Otoño que durará lo que tarde en llegar el invierno, claro. Ocho meses en los que, aunque cada vez llevo una vida más rutinariamente tranquila, no dejo de echar de menos Madrid, cada día y por los motivos más peregrinos. No me importará demasiado tener que volver, aunque sea sin trabajo. Ahora al menos (recordad mi entrada del pasado domingo) ya no son nada extraños los patos en el Manzanares, a Dios gracias. Me pregunto si Álex, allá en Lovaina, habrá visto algún belga arrancarse por soleares...

jueves, 13 de octubre de 2016

El otoño del PP

Wikifoto
Que no os desasosiegue el título de la entrada, que no voy a hablar ni de las elecciones gallegas ni del más que probable desenlace de la opereta de la política nacional, sino (como suelo, por otra parte) de los signos que anuncian el devenir de las estaciones. Una de las "P" es de Pensamiento: la flor típica que, por resistente al frío, adorna los parterres de las ciudades cuando se pasan las flores de verano; en Dijon están estos días los jardineros sustituyendo unas por otras. Y la otra "P" es de Petirrojo: una amiga de Madrid, en vez de escribir correos o tirar de Skype, suele enviarme grabaciones de wasap mientras pasea al perro por las mañanas. Me gusta escucharlas, porque casi siempre se escuchan de fondo unas cuantas cotorras argentinas dándose los buenos días, y eso me pone bastante nostálgico. Pero era otra el ave protagonista de la última: un petirrojo proclamando ufano que ya había llegado, que enseguida va a llover... "vuelve el otoño al seto", justo ocho años más tarde.

Wikifoto

miércoles, 12 de octubre de 2016

¿A dónde van los gatos desaparecidos?

Yo no; y no sé si tú lo volverás a ver...
No falla: casi cada semana desde que estoy aquí aparecen, pegados en las puertas de las panaderías y en las marquesinas del autobús de mi barrio, nuevos carteles con fotos de gatos perdidos... de verdad que la frecuencia es exagerada. Pensé primero en que sería culpa de Alf, que todos sabemos que ha vuelto; pero como es en forma de chapas, no creo que sea él el culpable. Así que, si tengo que jugármela, apuesto por una boucherie de la esquina de mi calle, que luce en sus expositores unas empanadillas de aspecto más que sospechoso... maybe pussycats weren't that quick, after all.

lunes, 10 de octubre de 2016

Côte d'Or

 Los 101 départements  franceses (lo que serían las provincias españolas) tienen todos nombres que reflejan sin más el accidente geográfico más reseñable de la zona, ya sea un río o ríos, un monte o cordillera, o una ciudad... ¿todos? ¡No! Uno de ellos se permite hacer alusión a una característica del terreno, sí, pero describiéndola en términos un tanto más poéticos: Côte d'Or, "cuesta de oro", el mío. ¿Y por qué ese nombre? Por el color otoñal de los viñedos plantados en todas las laderas orientadas al este de la región. Y con el otoño ya comenzado, a la búsqueda del paisaje epónimo (de este paisaje) nos bajamos ayer en tren Cefe y yo a Beaune, unos 30 Km al sur de Dijón, en pleno corazón de a Borgoña vitivinícola. ¿Y con qué nos encontramos?

... pues con que la vid de la primera foto de esta entrada era prácticamente la única que ya había mudado de color. En fin, culpa nuestra, de ser unos impacientes: la imagen que enlazo en el párrafo anterior está tomada a finales de mes. Pero claro, como tenemos metido en el cuerpo el miedo a que el otoño sea como fue la primavera, que entre semana hacía bueno y el fin de semana se ponía a diluviar, no podíamos dejar pasar éste, en que hizo casi sol.

 Aunque al final acabó lloviendo un poquito y todo, vaya, ya veis las nubes. En cualquier caso, con lluvia o sol, y estando las vides verdes o doradas, nos dimos un paseo la mar de agradable.

 Entre viñedos delimitados por muretes de piedra muy bien construidos, la mayor parte del tiempo, y también entre pinares de repoblación un tanto desangelados, y unas pocas manchas de boj. La verdad es que, viñedos aparte, esperaba que el recorrido atravesase zonas un poco más silvestres, o con un poco más de bosque que, éste sí, pudiese estar amarillo y lustroso para las fotos. Pero bueno, ya tendrá que ser en otra ocasión, y tal vez en otro lugar...

Poco bicho vimos, y poca planta curiosa también; con una Linaria vulgaris cierro la entrada, que es de las pocas flores que aún quedaban, y alguna habría que poner. Pero ¡hey! Más o menos plantas aparte, lo que cuenta es haber terminado con un mes de sequía campera. Y mejor aún, haberlo hecho en buena compañía, que se disfruta todo mucho más. A esperar la siguiente...


domingo, 9 de octubre de 2016

"¿Que qué me parece el río?"

..."¿Cómo has menguado y has crecido, cómo ayer te vi en pena, y hoy en gloria?"/ "Bebióme un asno ayer, y hoy me ha meado." 
Góngora
Si ya tradicionalmente las noticias suelen estar de lo más sesgadas, y tristemente a nadie le extraña que la prensa sea de todo menos objetiva, desde que tras las elecciones locales de 2015 el gobierno de Madrid pasó del PP a Ahora Madrid el nivel de parcialidad de las noticias municipales se ha vuelto de lo más disparatado: lo que antes era culpa de una, de la noche a la mañana es culpa de la otra. Una misma iniciativa en unos medios se alaba con términos que recuerdan al NO-DO y en otros se critica y ridiculiza de tal manera, que leer las noticias provenientes de cualquiera de los bandos no da sino vergüenza ajena... 

Yo, desde la distancia y con una visión de la realidad forzosamente limitada, intento quedarme en el término medio, sin llegar a saber cuándo acierto y cuándo no. Pero sobre una de las últimas polémicas (tocamos a varias por día, de lo más peregrinas) sí me veo, no sólo con capacidad, sino casi con obligación de opinar, pues sé algo del tema y además me toca mucho la fibra: la restauración ambiental del Manzanares.
Introduzco brevísimamente el tema, para los no iniciados: si el hombre ha colocado las ciudades junto a los ríos desde tiempos inmemoriales, no es para que los ciudadanos se deleiten viendo gaviotas y garzas, sino para aprovecharse de ellos. Y siendo Madrid tan grande, y el Manzanares tan poquita cosa, pues el uso del río enseguida se transformó en abuso, y en el imaginario popular el Manzanares es poco menos que una cloaca raquítica. Cloaca que, a mayores, en su tramo urbano discurre canalizada y regulada por una serie de presas que el ayuntamiento abre y cierra a voluntad.
Como, pese a todo, algo hemos avanzado desde hace unas décadas, el Manzanares en realidad, y bien lo sabéis mis lectores, no está tan echado a perder como muchos madrileños piensan; y es que la naturaleza enseguida sorprende, levantando a cabeza a nada que se le dé algo de aire. Con esta idea en la cabeza, Ecologistas en Acción propusieron un plan de restauración del tramo urbano del río (disponible aquí) de lo más simple y potencialmente barato: dejar de meterle mano a las presas. Más en concreto, la propuesta invita a dejar permanentemente abiertas las compuertas entre la 4 y la 9, y a revegetar las orillas del río que no están encerradas entre hormigón, sino "sólo" entre bloques de piedra, esto es, entre el Puente de los Franceses y el Puente de la Reina Victoria (aquí podéis ver la ubicación de todas las presas y puentes). Lo mejor es que el ayuntamiento decidió hacer caso del plan, o al menos de su parte más barata, la de dejar sin más abiertas las compuertas; y así levan desde marzo...
...Como Alcalá y Salamanca tenéis, y no sois colegio,/vacaciones en verano y curso sólo en invierno. 
Tirso de Molina
... y como el Manzanares no es de por sí un río especialmente caudaloso, pues el nivel inmediatamente descendió hasta sus valores naturales, que son más bien modestos a menos salvo en épocas de fuertes lluvias (antes, con las presas cerradas, como se ve en las fotos de la entrada que enlazo arriba, la profundidad del agua era bastante mayor). Ahora, a comienzos de otoño, el nivel de agua es mínimo (vamos, lo natural), y es cuando se ha armado la gresca: de repente resulta que el río era hace unos meses un paraíso lleno de fauna, y ahora no es más que "un cauce maloliente, lleno de mosquitos". Y de un día para otro han aparecido en Madrid ¡12.000! piragüistas que se han quedado sin dónde practicar (aunque el problema no venga precisamente por este plan).


Cualquiera que se asome hoy al río puede ver, con sus propios ojos, que cualquier parecido de ese charco de meados que nos describen con la realidad es pura coincidencia. Y los que no podáis asomarlo, podéis verlo en este vídeo de hace unos díasCon las presas abiertas, y pudiendo circular, el Manzanares ha pasado a ser, en vez de una sucesión de piscinas, ¡un río! ¡Cualquiera lo diría! Un río con sus remansos de arena y sus zonas rápidas, con sus plantas, que hacen que el agua baje algo más limpia, y con los bichos propios de los ríos maltratados, pero que siguen siendo ríos. Y sin mosquitos, por cierto, pues éstos sí necesitan para criar el agua estancada que había antes, y no el agua corriente que se lleva las larvas aguas abajo. No tiene tampoco, claro, las enormes carpas y peces gato que se veían antes boqueando en la superficie, entre las gaviotas que bajaban a bañarse: no cubre ya lo suficiente para ellas. Pero peces sigue habiendo, como se ve en el vídeo, y seguramente muchos más y más variados. La verdad es que parece mentira que, por una vez, haciendo tan poco, se haya conseguido tanto; y me daría mucha pena que la presión mediática y de muchos vecinos mal informados terminase haciendo recular a los responsables municipales, a los de ahora o a los de otro futuro gobierno de distinto signo. Para una cosa que se hace bien...

Qué ganas, de bajar en Navidad a ver gaviotas. De bajar a sacar fotos cuando vuelva a hacer calor.

viernes, 7 de octubre de 2016

Segundas partes no siempre cumplen refranes

Siete de octubre, 445 aniversario de que a un soldadillo, que no sé si sospecharía que acabaría ganándose el pan como escritor, se le estropease el brazo en "la más memorable y alta ocasión" etc etc (tampoco vamos a marear a los moros estando las cosas como están); como la describe en el prólogo de la segunda parte del Quijote... "¿Segunda parte, dices?" Sí; y no te hagas el sorprendido, que tú igual que yo estudiaste que existía en Literatura Española. Lo que no acabo de entender es cómo la gente siempre recuerda del Quijote los tres o cuatro pasajes más socorridos*, que están todos en la primera parte; y no los de la segunda, que tengo para mí que aventaja con mucho a la primera. Lo pensaba ahora al releerla, cuando no hace mucho que terminé con la otra y de vez en cuando me sorprendía a mí mismo pensando que, con tanta historia intercalada, el libro se me estaba haciendo mucho más cansino que agradable; y eso que yo recordaba que "me había gustado mucho". Pero era cosa de esta seguda parte, ¡cuánto mejor es! Y ¡qué pena, ver a ambos caminando inconscientemente hacia el final ya conocido!

* Sí lo sé, vaya: es porque la historia de los molinos/gigantes y demás están al principio de todo...

jueves, 6 de octubre de 2016

Más lluvias otoñales

Lluvias de semillas, quiero decir; como aquella de la que os hablaba hace unos días. Son multitud las especies que aprovechan el otoño para fructificar, por un buen motivo: preparándose para el invierno, las aves se van, y en sus buches se llevan las semillas que germinarán a Km de la planta madre. Preparándose para el invierno también los ratones y las hormigas hacen acopio de alimento, y serán muchas las semillas que no lleguen a comerse, y que quedan ya enterradas y protegidas, listas para germinar. Y entre el sin fin de especies que se vuelven tan generosas por estas fechas, está la protagonista de mi artículo en EMNMM de octubre: el que probablemente sea el árbol más característico de nuestro país (que no de o noso país. Ése es el eucalipto...).Espero que os guste.


miércoles, 5 de octubre de 2016

Goldeneye

Mediados de primavera en un bosque polaco, a la vera de un lago. Un grupo de doctorandos, en relativo silencio, recorre un sendero a la búsqueda de las especialidades ornitológicas del este de Europa. Se oye de repente el batido de alas potente, cada vez más cerca, de un grupo de aves; y de repente, volando a toda velocidad por debajo del nivel de las copas mientras esquivan habilidosamente los troncos de los pinos, aparece una bandada de... patos.

Estaba muy contento Álex la semana pasada con su nueva guía de aves; y con motivo, pues otra mejor no hubiera podido encontrar. Y al estrenarla en el campo este fin de semana, en que fue Andrea de visita, me llegó en un momento un wasap diciendo lo contentos que estaban tras identificar sus primeros goldeneye; que claro, la guía es buena, pero está en inglés. De todas maneras "ojidorado" es un nombre muy adecuado (además de muy de película) para un pato norteño la mar de bonito, que en España he visto sólo una vez: el porrón osculado Bucephala clangula. Entre otros rasgos interesantes que tiene, el porrón osculado es uno de los pocos patos que cría en agujeros: en agujeros de pájaro carpintero, en concreto; y de ahí la no tan sorprendente observación con que abrí esta entrada, de un grupo de patas que iba buscando dónde poder hacer la puesta e incubar, siempre con miedo a que una marta acierte a dar con el agujero.
Y ya por acabar: aunque no los cité en su momento en mi entrada sobre las cajas nido, al igual que otras muchas especies de aves trogloditas, estos patos aceptan encantados los sustitutos artificiales. Debe de estar curioso eso de tener una caja nido con patos en un árbol del jardín... y poder ver a los pequeños "suicidas" saltando detrás de su madre al poco de nacer, camino del agua. El mundo está lleno de cosas curiosas, la verdad.

lunes, 3 de octubre de 2016

El décimo

Décimo sí, pero no de éstos...
Con lo pendiente que me veis que ando de cada mes que paso en Dijon o de cada cumpletesis, y no me decís nada cuando veis que se me pasa comentar otro aniversario mucho más significativo: el pasado 14 de septiembre (tendría que haber empezado el siete, ¡qué poca visión de futuro tuve!) cumplí diez años como bloguero...

¿Y tiene futuro este blog? En fin, esperemos. Dudo bastante de mi constancia, y de tener acceso a Internet en el momento adecuado, pero espero poder actualizarlo con una regularidad razonable.

... eso escribí de aquellas, entre otras muchas cosas. Hombre, la verdad es que lo de la constancia me baila a veces, pero algo de futuro de momento sí ha tenido... Madre mía, diez años de contarle la vida a cualquiera que pasa, como si yo tuviese tantas cosas interesantes que contar... en fin, como os he dicho otras veces, al principio pensaba que escribía aquí para...

(...) todas aquellas personas que en los 23 años (¡pimpín!) que llevo viviendo en Galicia han decidido que soy lo suficientemente interesante como para saber qué es de mi vida más allá del Telón de Grelos; y en especial a aquellos que he conocido en mis años de USC

... pero pronto me di cuenta de que, en realidad, escribo principalmente para mí mismo. Como ayuda a la memoria, cuando quiero acordarme de alguna cita interesante que no apunté en el cuaderno de campo que nunca uso. Y como ayuda al ánimo, cuando en los momentos más cuesta arriba me permite echar la vista atrás y ver que en peores plazas he toreado (escritas están todas las cornadas, abiertamente o entre líneas), y que, a grandes rasgos, tampoco me ha ido tan mal... de modo que ¿qué?, ¿hacen otros diez?

sábado, 1 de octubre de 2016

La cuchipanda de ayer

¿Qué tal fue el picnic para investigadores extranjeros de ayer, os estaréis preguntando quizás? Bueno, no fue la cuchipanda más animada en la que haya estado, pero tampoco fue como para cortarse las venas. Tal vez la impresión mayormente positiva me la llevo de que empezó rematadamente mal, cuando durante varios minutos interminables sólo éramos dos y el pobre organizador; de modo que a partir de ahí sólo podía mejorar. Tampoco es que nos acabásemos juntando muchos, la verdad: una turca y una malgache que ya llevaban años haciendo la tesis aquí y ya estaban más que hechas a la ciudad y la universidad; y cuatro venezolanos que ya se conocían de antes y una china que, al contrario, acababan de llegar. Y se nos fue la cita en presentarnos todos cada vez que iba llegando alguien nuevo (...), y en que un par de trabajadores de la universidad nos contasen unas pocas historias que a los que ya llevamos tiempo no nos dijeron nada nuevo.
En fin, en general esperaba mayor afluencia y tal vez notar más afinidad con alguno de los participantes (la malgache era socióloga, y todos los demás físico/matemáticos), pero no me parecieron mala gente, y aunque no vaya a llamar a ninguno para quedar esta tarde, si desde la uni organizan más quedadas de éstas supongo que acudiré... o acudiremos, que estoy guardando el vino bueno para el final: no fui solo a la cuchipanda, sino acompañado. A mediados de semana llegó al departamento Cefe, un nuevo ¡postdoc español! que viene como yo con un año de contrato, tras hacer su tesis en morfometría evolutiva en Mánchester. Por fin alguien con quien poder hablar en persona, y no por Skype (pues una cosa es saber hablar francés, y otra muy distinta que los franceses tengan ganas de hablar); y tal vez con quien salir al campo... ya se irá viendo; ya lo veréis por aquí.