lunes, 30 de mayo de 2016

Fläder

Un saúco a reventar de flores junto a mi casa: una de las estampas más típicas del final de la primavera en la Europa húmeda (y tan húmeda este año...), también en muchos de los jardines de Dijon. El saúco común es una planta relativamente venenosa en crudo, pero cuyas bayas, cocinadas, sí pueden emplearse en mermeladas y otras muchas recetas, de las que en España no hay mucha tradición, al contrario que al norte de los Pirineos. También las flores se usan, por ejemplo para fabricar, cocinándolas muy lentamente con mucho azúcar y jugo de limón, una especie de jarabe...

... llamado en sueco fläder, que se toma diluyéndolo en agua y que me alegró mucho ver en IKEA cuando fui este sábado a por algunas cosas para el piso, entre las que terminó por incluirse una botellita del susodicho. No pude evitarlo: en estos momentos postdoctorales serios en los que las historias de la tesis me quedan ya casi tan lejos como las del colegio, el fläder me trajo de repente muchos recuerdos de Lund, en especial de mi segundo año. Recuerdos de botellas de fläder casero en la nevera, que nos acompañaban al ir de excursión. Recuerdos que, gracias a los años, se imponen a los casi olvidados sinsabores del trabajo de laboratorio de aquella estancia de 2010. El paso del tiempo podrá ponerme melancólico, pero acaba mejorando las cosas...

domingo, 29 de mayo de 2016

A vueltas con las huelgas

Esta semana que hoy termina, martes y jueves, como suele ser costumbre, volvimos a tener huelga contra la nueva Ley de Trabajo, la que uso en peligro mi viaje la semana pasada. Como de costumbre también y como ya os contaba además, cada semana parece que se nota menos, y pasamos de que el tranvía pase cada unos insufribles 20 minutos (insufribles por la de gente que se agolpa dentro, me refiero) a que circule apenas con una frecuencia dos o tres minutos mayor a la de un día normal. Pero esta semana, la lucha ha iniciado una nueva fase, mas preocupante... Supongo que en España lo único que veis en los periódicos son los disturbios que hay durante las manifestaciones en París y otras grandes ciudades, que a fin de cuentas es lo que "vende", así que os cuento cómo lo veo yo: el alcance real de la reforma sobre la situación en Francia hasta la fecha no me lo preguntéis, que lo desconozco, y no puedo valorar si supone un avance o un retroceso, o si impone sacrificios asumibles o inasumibles. Lo que sé es que esta ley pretendía ser el proyecto estrella del gobierno socialista de Hollande, al que le queda un año de mandato antes de las elecciones. Hollande es desde hace tiempo el presidente menos valorado de la historia del país, y llevamos ya meses en un clima claramente (pre)electoral, donde los candidatos que pretenden presentarse en 2017 surgen como setas, tanto en la oposición como entre sus propios ministros. De ahí que la política actual, por lo que veo en las noticias, es de continua oposición a todo lo que se propone desde el gobierno, y en concreto con motivo de esta ley, que ha conseguido no gustar a nadie: tanto desde la izquierda (buena parte de los parlamentarios socialistas incluidos) como desde la extrema derecha se ve directamente como una traición al obrero francés, y desde la derecha moderada como una serie de medidas descoordinadas y sin sentido que hacen que sea mejor no tocar lo que ya hay. Entremedias, el gobierno se ha enrocado en que quiere sacar esa ley cueste lo que cueste, y ya que a pesar de haber reformado ya mil veces el texto original sigue careciendo del apoyo parlamentario necesario, pretende aprobarla directamente, sin votación (no sé en qué consiste exactamente ese proceso legal extraordinario aquí). Y los sindicatos, en vista de que las huelgas "generales" lo son cada vez menos, han decidido centrarse en objetivos estratégicos que consigan paralizar el país: en concreto, y a mayores de seguir paralizando los transportes públicos, se dedican ahora a frenar la actividad de las centrales nucleares (que son la principal fuente de energía eléctrica en Francia) y la de las refinerías, dejando al país sin carburante. Reservas de carburante en realidad sí que parece haber todavía, pero la gente, nerviosa, se está dedicando a dejar secas desde primera hora de cada día buena parte de las gasolineras del país, iniciando una reacción en cadena que al final afecta a todo el entramado social. Y yo, de espectador y sufriéndolo, de momento poquito...

La verdad es que no termino de entender las huelgas generales; o mejor dicho, no me acaban de parecer bien. Entiendo que los trabajadores de la empresa X quieran forzar la mano con una huelga: si le sale bien, bien por ellos; y si le sale mal y nada cambia o la empresa acaba cerrando, pues a apechugar. Pero no entiendo que se pretenda cambiar una ley con huelgas generales; dentro de una democracia "normal", me refiero. Sé que por regla general vivimos en democracias bastante poco directas, pero se supone que el gobierno que impulsa una ley lo hace amparado en una mayoría de votos, por lo que según lo entiendo yo una huelga en contra lo que intenta es imponer lo que una minoría no ha ganado en las urnas. Además de que el perjuicio económico les acaba tocando a todos: el secretario general de la CGT francesa, el principal sindicato del país, salía en el telediario contento porque las medidas contra refinerías y centrales nucleares iban a afectar directamente a la economía francesa y así obligar al gobierno a reaccionar. Y no sé vosotros, pero yo entiendo que cuanto peor vaya la economía de un país, precisamente peor irán las cosas para los que tienen que trabajar en él... Entiendo por lo demás que alguien pueda ganar las elecciones diciendo que hará una cosa, y que al final acabe haciendo otra distinta y cabreando a todo el mundo, pero sigo sin ver que una huelga que siempre va a ser mala para todos sea la forma de arreglar el asunto. ¡Qué miedo tienen siempre los que mandan a convocar referendos cuando alguna ley claramente provoca malestar social...! En fin, se admiten y agradecen comentarios.

sábado, 28 de mayo de 2016

Show (of) Country

Trascurridos siete años desde el final de Prison Break, me entero ahora de que la serie no estaba muerta muerta, sino que tendrá una continuación (que lleva sin embargo un año prevista, que no se sabe cuándo se estrenará, y a la que no sé si le daré una oportunidad). Prison Break fue el título con el que me estrené "en esto de la series" nada más llegar a Madrid, mi primer contacto con algo que no fuesen series españolas de capítulos interminables por los anuncios, familias llenas de estereotipos y ausencia de escenas en exteriores. Casi diez años y muchos títulos más tarde, en mi vida y en la de todos lo de "las series" ha pasado de ser algo relativamente nuevo y cool a algo tan natural como (fue) leer o recomendar un libro. Y esta temporada 2015/16 se han despedido dos de las que venía siguiendo: Downton Abbey y Nashville. Dos series que de entrada no parecían tener nada en común, pero que sin embargo acabaron siendo prácticamente iguales: partiendo de sus respectivas y totalmente dispares tramas, acabaron transformándose en telenovelas en las que el interés de la historia de la Inglaterra de entreguerras o las canciones de country quedó ensombrecido por las aventuras amorosas y dramas de sus cada vez más numerosos y superficiales protagonistas. Pero se les acaba cogiendo cariño, y donde hubo fuego, cenizas quedan: la primera contribuyó en no poca medida a hacer crecer en mí una anglofilia de lo más peculiar, y la segunda a que a la hora de planchar, entre Sabina, Ellos y electrolatino, acabase colándose muchas veces el hombre de negro...

viernes, 27 de mayo de 2016

Aires de grandeza

De camino al tranvía, unas señales que indican que temporalmente, por carga y descarga, no se puede aparcar en esa parte de la acera. Hasta aquí, todo correcto...

La risa me dio luego, al ver que el papel del Ayuntamiento justificando la prohibición temporal se iniciaba con semejante pompa y circunstancia: "Nous, Maire de la Ville de Dijon..." Como el plural mayestático tiene en francés el mismo uso que en español, es como si en un cartel similar este fin de semana estuviese escrito: "Nos, el Alcalde de la Villa de Orense". Señor alcalde: que ya se le pasó a Dijon la etapa ducal... un poco más de aggiornamento.

jueves, 26 de mayo de 2016

Desfases tecnológicos

Volvía el martes por la tarde en tren de Lyon a Dijon, último capítulo de cinco días de visita a España en los que creo que he pasado más tiempo viajando que con todos vosotros, y como el sol poniente me cegaba y no podía mirar el paisaje, me dio en pensar en lo que se veía dentro del tren: un compartimento que por un lateral daba al pasillo. Seis asientos, bien cuidados, pero añejos. Un diseño, en resumen, que creo que no veo en trenes españoles desde hace 20 años. Una más que añadir a la lista de "cosas viejas" que he visto estos meses, de la que os he hablado a algunos este fin de semana. Cosas viejas como los coches, donde abundan también los de modelos mayores de edad. Cosas como volver a ver a gente, a bastante gente de hecho, de mi edad para arriba, con teléfonos móviles de segunda generación, con sus teclitas y sus SMS. Cosas como una dependencia administrativa muy grande del papel impreso: facturas, extractos de cuentas... Cosas viejas que, como no creo que sea por falta de medios, que eso en España lo llevamos bastante peor, supongo que se mantienen en uso por algún detalle de la idiosincrasia local, ya implique ésta hacernos a nosotros mejores o peores en comparación... se admiten (y agradecen) comentarios.

martes, 24 de mayo de 2016

Bioclinas

¡Gran alegría, ayer y hoy por la mañana, al venir a la Facultad! Alegría de ver que (¿todavía?) no habían metido la segadora en mi prado favorito, y de ver que, supongo gracias a la interminable lluvia de esta primavera, estaba todo mucho más crecido que en años anteriores. Crecido, pero ya en ese punto del año, en mayo, en que empieza a secarse y a pinchar ya casi todo lo verde, quedando sólo erguidas las malvas, manteniendo el tipo.
Bajar en tren de Orense a Madrid, ir atravesando la Península de norte a sur, permite en cierto modo viajar en el tiempo, ir viendo "distintas primaveras" según la latitud a la que esté uno, ir pintando sobre España distintas bioclinas que unan puntos donde está pasando lo mismo. Muchas "melojoclinas": ya verdes, pero no tanto como los carballos, al arrancar el tren y al llegar luego a la Sierra, pero aún casi sin hojas en las montañas de Orense y León. Una "jaraclina" y "lavandaclina" entrando en Zamora, junto a un embalse de Ricobayo que pocas veces recuerdo haber visto tan lleno. Una "amapolaclina" más al sur aún, por Medina del Campo, transformando las cunetas vallisoletanas en campos de Flandes. Y una breve explosión de abejarucos en Las Zorreras, ya en el Monte de El Pardo. Y un buitre negro en medio de un barbecho junto a la vía en Segovia, ¿por qué no...? A ver si esta tarde el viaje entre Lyon y Dijon resulta la mitad de entretenido...

lunes, 23 de mayo de 2016

(Futuros) Comedores de patatas

 Mucha, mucha hierba, hierba alta por todas partes entre Orense y la aldea, como si no quedasen vacas en Galicia. Tras una comida de domingo inusualmente rápida y ligera, nos acercamos ayer por la tarde hasta Vilar de Barrio, a reforzar con nuevos efectivos la plantación de tomates.

 Este año mi madre se ha envalentonado y ha expandido un poco más la superficie cultivada. Lo mejor y más destacado: que tras muchos años de sequía, volvemos a tener patatas propias. O bueno, a final de verano las tendremos para ser más precisos, si Dios quiere y el escarabajo no lo impide.

Cinco kilos de patata de siembra, veremos a ver cuánto rinden. De momento se las ve crecer bastante contentas, si bien demasiado juntas... Antaño había en mi casa dos momentos de esfuerzo  familiar colectivo: uno era la matanza, el divertido. Otro el día de recoger las patatas, el odiado: día de pasar calor pese al madrugón, respirar polvo y clavarme espinas en los dedos. Día que un año coincidió con mi cumpleaños, del que se olvidaron hasta mediodía. Día que este verano, tonto morriñento de mí, estoy deseando que llegue...

Y hoy a Madrid, a respirar ciudad y amigos antes de volver mañana a Dijón.

sábado, 21 de mayo de 2016

Galicia100

Tras un viaje largo y agotador por lo mucho que cansa esperar, os escribo por fin desde Orense: 16 horas, desde que salí de mi casa en Dijon hasta que volví a limpiarme los pies en un felpudo, con tren, avión y coche de por medio. Tren que tras el trajín de los días anteriores me dejó sin novedad en el Charles de Gaulle pasadas las nueve de la mañana. Avión que nos llevó, a mí y a muchos padres y niños que habían aprovechado las Letras Galegas para ir a Eurodisney, directos de París a Santiago. Y coche por fin con mi hermana a ultimísima hora, esa hora a la que en el resto de Europa ya es de noche y en Galicia aún es de día, circulando directos hacia una luna inmensamente redonda que iba asomando entre los montes. La tarde en Santiago, inundado de sol, pude pasarla con Ángel, y visitamos la muestra Galicia 100. Obxectos para contar unha cultura: una recopilación un tanto enrevesada de todo tipo de... "manifestaciones culturales" que, presentadas por parejas o tríos, pretenden ilustrar un "concepto definitorio de Galicia". Me dejó bastante frío, por no decir más. Tuvo que ser después, de camino a Orense, cuando descubriera qué es Galicia de verdad: una sucesión de aldeas con construcciones horribles, y una sucesión de montes llenos de xestas floridas, cuyo perfume se conseguía colar a través de las ventanillas cerradas del coche. Galicia es un acto expiatorio, en el que la hierba de la cuneta redime el granito rosa de Porriño...

... y ahí queda eso. Montadme una exposición.

viernes, 20 de mayo de 2016

Mareándome con los movimientos sociales

No sé vosotros, pero yo desde pequeño una de las palabras que recurrentemente asociaba con Francia, a través supongo del telediario, es "huelga". Y desde que he llegado a Dijón la idea se ha reforzado, aunque de manera un tanto desigual. Han coincidido estos meses con todo el barullo asociado a una reforma en curso de la Ley del Trabajo, y son varias las jornadas de huelga general que se han convocado, como siete u ocho. Estas huelgas (que por lo demás parecen ir perdiendo fuelle con cada convocatoria) no se notan por ejemplo en la facultad, al contrario que en Madrid, pues el ambiente es igual al de cualquier otro día; pero sí las noto sobre todo a la hora de venir, esto es, en el transporte: los tranvías que normalmente pasan cada cinco minutos, lo hacen cada 20, y conseguir entrar se transforma a un tiempo en un buen sustituto del ejercicio físico y en un desafío a las leyes físicas. Como digo, estas huelgas se notan sobre todo en los transportes, y el miércoles me llegó al correo el mensaje que más temía (un detalle que avisen, por otra parte): que "por causa de un 'movimiento social' el servicio" del tren que tenía que coger hoy quedaba suspendido... ¿Un tren a dónde? A París. ¿Para qué, para pasar el fin de semana? Sí, pero no en París, sino ahí abajo en Orense, que ya tocaba hacer una visita :-) (y de paso, a la vuelta, breve escala en Madrid). Pero volvamos al tema del tren, o mejor dicho, a la falta del mismo. Decidí solucionar el tema estrenándome como usuario de BlaBlaCar, tema que cogí al principio con recelo, pero que me ha encantado después ver lo bien que funciona. Así que tras darme de alta reservé viaje Dijón - París, y en principio todo normal. Pero me entraron luego los miedos: miedo de si por la huelga habría más atascos por la carretera, o de si en París al llegar habría también menos metros; y en definitiva llegaría tarde a coger mi avión (directo, a Santiago). Así que cancelé el viaje, y reservé otro a una hora más temprana. Y minutos después... otro correo de la SNCF comunicándome que al final circularía mi tren. Ea, pues de vuelta al tren, que me deja directamente en el Charles de Gaulle. A ver si es verdad y ya mañana os lo cuento; desde España, espero.

jueves, 19 de mayo de 2016

"Herpétreos" (Chouette Zola)

 El pasado lunes aproveché parte del festivo en recorrer otro de los recorridos turísticos "extra" de Dijon: esta vez, el loop Zola. El anterior trascurría por el extremo NE del casco histórico, y éste por el opuesto, por el SO. Empezaba aquí, en la plaza de Jean Macé, y al llegar me dije que "empezamos bien": con todo levantado por las obras y el texto de la aplicación móvil diciéndome que me imaginara aquello cuando era "un mercado medieval, con sus colores y olores...". Ya había que echarle imaginación, la verdad.

 Ni siquiera el buey éste que se ve en la foto de arriba en la esquina de una casa ayudaba a ponerse en situación, pues tanto lo habían maltratado sus cuatrocientos años de vida que más parecía una babosa...

 Y de una plaza insulsa a otra, a seguir mirando fachadas que se supone deberían llamarme la atención. Aquí, en la Place des Cordeliers, empecé a penar que al igual que el anterior este tour extra iba a ser un poco una tomadura de pelo...

 ... pero por suerte al poco se empezó a animar la cosa, con esta bonita fachada barroca de un antiguo convento carmelita. Aunque a menor escala, tanto por el estilo como por el hecho de aparecer así un poco "de la nada" entre otros edificios, me recordó mucho a la basílica de San Miguel de Madrid.

 ¡Y otro convento abandonado más!, un poco más allá, pero transformado en museo, éste. En dos, de hecho: esta parte del claustro alberga el museo etnográfico ("Museo de la vida borgoñona")...

 ... y la parte de la iglesia el museo de arte sacra. La cúpula verdosa de bronce de este antiguo convento cisterciense es otro de los hitos que, como la torre de San Nicolás de la entrada anterior, os contaba que veía a veces por la ventana sin saber muy bien qué podrían ser: otro pequeño misterio resuelto más.

 Hacemos una pausa para echar un vistazo a este macho de serín verdecillo Serinus serinus, que tenía su territorio en el jardín del museo y que cantaba muy ufano alternando entre los tejados y los árboles. Me llamó la atención verlo: en esta ciudad hay mucho verderón y mucho jilguero, pero de éstos apenas sí se ven.

 Siguiendo ruta, llegamos a la plaza de Émile Zola, que da nombre al recorrido, y que según mi teléfono destaca por ser el lugar donde antiguamente se instalaba el cadalso para ajusticiar a los que la justicia así lo determinaba. Pero a falta de horca, yo le saqué fotos a los anfibios de la fuente, para que no digáis que no salgo ya a ver bichos:

 Aquí tenéis un bello ejemplar de urodelo...

 ... y su correspondiente anuro, del otro lado.

Y última parada en la que era la primera de mi última etapa del recorrido oficial: en la plaza Bossuet, con la colegiata de San Juan a mis espaldas. Y no quiero que os fijéis en la casa de nata y fresa, sino en la otra, en la conocidísima "casa sin tejado": hogar de un antiguo panadero medieval famoso por sus sabrosísimas empanadillas... hasta que dentro de una de ellas alguien se encontró un dedo humano, con lo que  a él lo mandaron a la plaza anterior, y quemaron la casa, dejándola así de desnuda.
Y con esta historia chusca terminamos el segundo de los recorridos extra por el centro de Dijon. Como el tercero se mete en el jardín botánico, imagino que será algo más decente... ya lo veremos cuando toque.

martes, 17 de mayo de 2016

Baños de Molgas

17 de mayo, Día das Letras Galegas. Festivo con el que muchos ahí en la esquina noroeste habréis hecho puente. Día dedicado este año a Manuel María, al que yo creía recordar de las clases de Lingua e Literatura Galega, pero que descubro ahora que confundo con Manuel Antonio. Día das Letras Galegas que me pilla este año releyendo... el Quijote. No porque estemos en el aniversario de Cervantes, sino porque está entre los pocos libros que, por lo largos y enjundiosos, decidí traerme a Francia; aunque ya que coincide, pues felice coincidencia. El caso es que pensando en el Quijote y Galicia, mi mente dio un giro (no tan) inesperado y acabé viajando a Baños de Molgas.

De la web del balneario
Baños de Molgas, una villa orensana relativamente cercana a mi aldea, atravesada por el Arnoia y por el ferrocarril a Madrid. Una villa conocida por su balneario, el edificio de la foto, al que siendo yo pequeño acudíamos de vez en cuando a visitar a mis tíos de Ferrol (QEPD), que eran muy de pasar temporadas veraneando en balnearios y que solían bajar con frecuencia a éste, en tren, ¡qué del S. XX, todo ello! Más recientemente, en el verano de 2007, volví a visitarlo varias veces desde la aldea: estábamos allí todo el verano cuando todavía vivían mis abuelos, y mi hermano quiso ir a hacer vahos para tratarse unos problemas respiratorios. Lo llevé varias tardes, en el Polo gris que tuvo brevemente mi hermana mayor: la última ocasión en que conduje con relativa frecuencia y soltura; y el balneario estaba igual que siempre: oliendo a humedad y a viejo(s), como detenido en el tiempo, de forma que lo que décadas atrás podría haber pasado por glamuroso parecía ahora decrépito, más por lo anacrónico que por lo gastado. Las mismas ventanas "a ras de río" por las que intentaba ver nadar alguna culebra de agua, aburrido de la charla entre mis padres y tíos... Todo, todo igual, pero con un pequeño salvavidas en la mochila: el Quijote listo para ser descubierto por primera vez, entre vaho y vaho de mi hermano. Todo eso me ha recordado ahora ver el libro sobre mi mesilla...

lunes, 16 de mayo de 2016

En el límite del timo (Chouette Rousseau)

 Como os dije al final de mi última entrada chouetosa, a mayores del recorrido turístico oficial de 22 etapas, hay otros tres, con sus correspondientes flechas y búhos, que dan pequeños rodeos por zonas aledañas al casco viejo de Dijón.

 El sábado hice uno de ellos, el loop Rousseau, así llamado por la avenida principal que recorre. ¿Mi sensación? Un poco de timo, igual que con las primeras paradas del recorrido general, las del parque o la fachada del hotel: da la impresión de que, acabadas las iglesias grandes, el diseñador de los recorridos se vio en la necesidad imperiosa de seguir colocando flechas por lugares peregrinos, con tal de no dejar de cobrar. Éste que os cuento parecía una excusa para ver más casas con madera en la fachada,muchas de las cuales tenían además pinta de ser imitaciones modernas del estilo antiguo.

 Ésta al menos no tenía madera, aunque tampoco es que me gustase: la "casa de las cariátides", lo que queda de un palacete renacentista.

 Si es que el texto de la aplicación móvil ¡se destacaba incluso la originalidad de este trampantojo, como algo digno de pararse a admirar! Ésta es la plaza Garibaldi, con busto del ilustre señor incluido, que participó en la defensa de la ciudad durante una de las batallas de la guerra franco-prusiana. Curioseando en la Wikipedia qué narices pintaba aquí este hombre, al que yo hacía ocupado guerreando en Italia, me enteré de lo extraordinariamente movida que fue su vida, cruzando el Atlántico una y otra vez para participar en casi cualquier batalla que tuvo lugar en el mundo en el S. XIX...

 La ruta al menos me sirvió para solucionar una duda que tenía: me di cuenta de que desde algunos puntos de la ciudad veía un campanario que, aunque de aspecto bastante robusto, no se correspondía con ninguna de las iglesias que hay por el centro. La respuesta resultó ser bien sencilla: la torre de San Nicolás es un campanario... a secas, pues el resto de la iglesia fue destruido durante la Revolución. Tras haber sido reconstruida y destruida antes varias veces, todo hay que decirlo.

 Acabo la entrada con un par de fotos del punto más relevante que toca la ruta: la plaza de la República. Me recuerda bastante a la plaza de España de Madrid: un sitio que, pese a estar pegado al centro turístico, es más funcional que monumental, pero que es un lugar por el que termina pasando cada día media ciudad.

Además que también tiene su estatuita con fuente, o fuente con estatua, como queráis. Estatua de Sadi Carnot, presidente francés asesinado a finales del S. XIX. Y con esto despido ya la entrada, y a ver si el siguiente tour accesorio resulta más entretenido...

domingo, 15 de mayo de 2016

Aniversario mostacero III

Tres meses en Dijón: aniversario de cielo encapotado y frío, pero dominical y festivo. Domingo de Pentecostés, que nos deja mañana de regalo un lunes que, como ya os conté, lo tenemos libre aquí. También en Madrid lo tenéis y lo estaréis festejando, no tanto por Pentecostés como por el San Isidro de hoy desplazado a mañana. Pasadlo bien de fiesta por ahí, ya sea en la Pradera, ya por el centro. No desfaséis demasiado, y echadme un poquito de menos... a mí y a todos los que nos hemos largado de Madrid.

sábado, 14 de mayo de 2016

Cuarenta latigazos menos uno...

Un pequeño apunte a lo que os dije ayer: pregunté si cobraban también los que hacían el proyecto del final del primer año de máster y me dijeron que no, que sólo los del segundo. Pero no porque el trabajo que hacen en dos meses merezca menos ser pagado que el que hacen los de 2º en cuatro, sino porque... esta ley que os decía ayer, obliga a pagar a los estudiantes haciendo proyectos a partir de los dos meses de trabajo. ¿Solución? A los estudiantes de primero de máster, al menos en esta universidad, se les deja trabajar en sus proyectos durante dos meses menos un día...

viernes, 13 de mayo de 2016

"¿Mi trabajo? Estudiante de máster"

¿Recordáis cuando os contaba que aquí no se podía hacer la tesis, si no trabajabas haciendo la tesis? Ayer me enteré de otro detalle regional bien diferente de la situación española... En Francia, como puede que en España más pronto que tarde, está implantado el 3+2: tres años de licence y después, para el que quiera, que son casi todos, dos años de master, en vez de 4+1. Y a lo largo de este máster no desarrollan un único trabajo (de fin de máster), sino dos: uno breve, al final del primer año, y otro ya más elaborado a lo largo del segundo cuatrimestre del segundo año; con todo y con eso, este trabajo del segundo año no llega a tener (por lo que veo que hacen los estudiantes de aquí, vaya, que es lo que conozco) en nivel de complejidad medio de los TFM españoles. Me llamó la atención ver, en estos meses, que bastantes de los alumnos que hacen este trabajo de fin de máster, son en realidad de otras universidades, y lo hacen en Dijon "de estancia", como si dijéramos. Y ayer me enteré por qué: resulta que, desde hace unos años, mientras hacen el TFM ¡cobran! No mucho, como 500 €/mes de media, pero vaya, que son ya 500 más de los que se cobran en España. Esto es así desde hace unos años, cuando, a la vista de que muchos profesores básicamente usaban a los chicos de máster como mano de obra gratuita (¿como en todas partes?), pues se decidió que, ya que estaban trabajando, tenían que cobrar (obligatorio, como en la tesis). Hasta aquí, todo bien... La contrapartida es que quien les paga es el departamento, o el proyecto de su director, o alguna otra partida de dinero que en principio sería para investigar; me refiero a que no hay una partida presupuestaria específica para ello. Por lo tanto, sólo hay alumnos haciendo el TFM en aquellos lugares que se lo pueden permitir, por así decirlo, y hay bastantes menos puestos de TFM que alumnos potenciales, y por eso muchos acaban yendo a hacer el TFM a cualquier otra universidad o centro de investigación distinto de aquel donde cursaron la parte teórica del máster. No sé, ¿qué os parece? A mí que casi siempre los experimentos en educación acaban saliendo ranas...

miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Qué queréis, nenes, paloma o vencejo?

Mis últimos días en Madrid antes de venir a Dijón, los halcones del Museo de América estaban ya tontorrones, gritándose cariñitos mientras volaban alrededor de la torre. Este año SEO/BirdLife vuelve a emitir en directo las aventuras y desventuras de una pareja de halcones madrileños y sus cuatro pollos, los mayores ya a punto de empezar a volar; aunque ya no son éstos del Museo, sino unos que también llevan años criando en la jardinera de un piso junto al Bernabéu. Como os digo, puede verse qué hacen en directo, pero a mayores en el canal de Youtube hay muchos vídeos colgados con los "mejores momentos", de los cuales me gustó especialmente éste:


Como reza su título, es curioso ver a ambos padres llegar a la vez, cada uno con su presa. No es habitual que la hembra cace, pues suele ser tarea del macho, pero a medida que crecen los pollos toda aportación es bienvenida... Me gusta el vídeo porque se ve muy bien el dimorfismo sexual de los halcones, que aunque no se distinguen en el plumaje, la hembra es bastante mayor que el macho, como en la mayoría de las rapaces. Resulta curioso de hecho que esto suceda así en los dos grupos de rapaces diurnas: halcones por una parte, y águilas, ratoneros, gavilanes... por otra; pues no están muy emparentados entre sí. Simplificando mucho: una hembra, cuanto más grande y gorda, mejor madre, más reservas podrá pasarle a sus hijos. Pero ser grande va reñido con ser ágil, y aquí arranca la explicación evolutiva del dimorfismo: la evolución, en estas especies con vínculos estables, que colaboran para mantener el territorio y cuidar de las crías, favorece a la vez que las hembras sean grandes y los machos pequeños. Una hembra corpulenta es igualmente capaz de cazar, pues quieras que no ella tiene que comer, a la vista está en el vídeo, pero un macho más pequeño puede cazar mejor, y alimentarse él, a la hembra y a los pollos. De rebote, que la hembra sea grande y fuerte la nombra por así decir defensora del nido, frente a posibles depredadores o competidores de la misma especie en busca de casa. Esta división del trabajo, reflejada en la talla, ayuda a la larga a que los halcones produzcan más crías, y más sanotas. A su vez el dimorfismo está mucho más reducido en las especies de rapaces coloniales como los cernícalos, que no defienden territorios y donde las aves defienden todas a la vez la colonia, o con "presas" que no hay que cazar, como los buitres. Ya veis, una pequeña leccioncilla en un vídeo de un minuto... qué sabihondillo puedo llegar a ser.

PD. El vídeo me gusta además porque da la impresión de que la halcona está abroncando al halcón por traer semejante miseria al nido, impresión reforzada cuando pasa de su cara y se pone a darle a los pollos la paloma que ha traído ella...

lunes, 9 de mayo de 2016

"What a thrill!"

Ayer, Día de la Victoria, alguien estaba también de aniversario. Alguien que el día del final de la II Guerra Mundial sopló 19 velitas, por lo que ayer sumó 90 primaveras. Alguien al que, por ser en su país un personaje público especialmente reconocido y apreciado, dedicaron ayer un programa especial de televisión... Estuve un buen rato pensando en alguna figura pública que en España pudiese gozar de un sentimiento tan unánime de simpatía como el que veo que tienen en el Reino Unido por Sir David, tanta como para dedicarle una hora de programa en la televisión pública en el momento cumbre de la programación semanal: la noche del domingo; y la verdad es que no se me ocurre ningún nombre. Políticos, desde luego que no. Algún escritor o actor... no se me ocurre ninguno, y seguro que, de ocurrírseme, por ser de izquierdas o de derechas, a medio país le caería gordo. Casillas si acaso, que aunque a los no futboleros nos resbale, no dejamos de ser minoría... probablemente de hecho me extrañaría menos, y gustaría más, ver retransmitir en España el reportaje de cumpleaños de Sir David.
El programa no se emitió en directo, y en la web de la BBC estaban disponibles algunos cortes del mismo. Algo extraños y forzados, ya que la presentadora habla en presente ("hoy, que es tu cumpleaños...") y a Sir David se le lee en la cara, al responder en presente también, la sensación de "menudo paripé estamos haciendo"... sea como fuere, en uno de los cortes se ve cómo anuncian a nuestro amigo que uno de los regalos que le hacen es el de poner su nombre a una nueva especie de libélula malgache. Sir David tiene ya varias especies bautizadas en su honor, pero me pareció especialmente adecuado el detalle de que fuese una libélula, al recordar una entrevista que comenté en el blog hace varios años y que vuelvo a citar:
P- ¿Qué ha aprendido de los animales?R- Aproximarme a los animales para descubrir qué tenemos en común sería una actitud muy egocéntrica. Si me acerco a ellos es para ver, precisamente, lo que me difiere (sic) de ellos. No tengo nada que ver con una libélula. Tal vez haya aprendido algo de ella, pero lo que me transmite es, principalmente, fascinación.
Esa fascinación que, transparente, se deja ver en el "what a thrill!" con que acaba el corte de vídeo. Una fascinación que, por lo sincera, Sir David ha sabido trasmitir a medio mundo. ¡Quién pudiera, quién supiera...!

domingo, 8 de mayo de 2016

Día de la Victoria

 En buena parte de Europa son siempre festivos tanto el jueves de la Ascensión, que en España varía mucho según localidades y años, como el lunes siguiente al domingo de Pentecostés, que me enteré hace nada de que sí se celebra en algunas localidades de España. Por cómo ha caído la Semana Santa este año, ambos días nos dejan en Dijón durante este mes de mayo un par de días de semana sin curro la mar de agradecidos. Y todavía podrían haber sido tres si hoy, ocho de mayo, no hubiese caído en domingo. El ocho de mayo es otro día de fiesta en gran parte del continente del que en España apenas tenemos idea: es el día del fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

 Dijón permaneció bajo ocupación alemana entre el 17 de junio de 1940 y el 11 de septiembre de 1944, y aunque ni en la ciudad ni en los alrededores llegó a haber combates relevantes, sí hay muchos recuerdos de la guerra por la ciudad adelante. El más cercano aquí al lado, bajando la calle...

... donde, a la puerta del patio de una casa, una placa recuerda que, en un momento dado del final ya de la ocupación, allí se escondieron granadas escamoteadas del polvorín de la guarnición alemana de la villa.

La primera vez que la vi, la verdad, me pareció una tontería: poner una placa tan grande para recordar una banalidad. Al hablar de "Francia en la II Guerra Mundial" se cuela muchas veces la idea, la sensación, de que realmente la guerra les llegó a estas gentes pillándoles con los pantalones bajados, y que fueron después otros los que tuvieron que sacarles a los alemanes de encima. Es una sensación que descubrí que yo mismo llevaba dentro, al juzgar con suficiencia que no había aquí cosas mejores de las que enorgullecerse que de haber escondido unas bombas en una casa... es una idea, por fin, que hoy por hoy me parece de lo más injusta. Me parece que es injusto y estúpido juzgar desde casa lo que los franceses pudieron haber hecho o dejado de hacer durante la guerra. Cada uno haría lo que buenamente supo o pudo; y si eso fue insuficiente, o equivocado, prefiero que lo juzgue el que sepa y pueda. Sinceramente, espero no tener que verme nunca en el brete de ver qué haría yo...

sábado, 7 de mayo de 2016

Tres iglesias (Chouette 20-22)

 De camino a donde dejamos descansando a la chouette en nuestro recorrido anterior, me entretengo sacando fotos de más tejados de colores, que la verdad es que se me hacen bastante bonitos.

 Al llegar a la altura de la re de la Liberté, la "Preciados" local, ya se ve asomar al fondo nuestro primer objetivo del día:

 La colegiata de San Juan. En tiempos debió de ser un templo bastante impresionante, pero tras la Revolución tiraron abajo las agujas de las torres y la nave, "recortaron" varios elementos salientes de la fachada, capillas y así, para hacer más espaciosas las calles y plazas de alrededor, y la transformaron en un mercado. Volvió después durante un tiempo a ser una iglesia, hasta que, desacralizada de nuevo, alberga ahora un teatro.

 Sólo con rodearla se distinguen las agujas, éstas sí se conservan, de nuestros dos siguientes objetivos...

 Primero, San Filiberto, la única iglesia románica de Dijon, también bastante maltratada a lo largo de los siglos: primero intentaron "gotiquizarla" poniéndole el campanario que asoma, que queda bastante pegote. Fue también desacralizada durante la Revolución y trasferida al ejercito, que la usó a veces de caballerizas, a veces de polvorín.

 Tanto trajín no le ha sentado muy allá, y por fuera, entre el polvo, lo machacada que se la ve, y que también se dedicaron a irla retranqueando aquí y allá para hacer hueco; está que da pena verla.

 La cosa no mejora nada por dentro: tras volver a titularidad municipal y seguir largo tiempo abandonada, en 1975 se la remozó de arriba a abajo para transformarla en un museo, cambiando el pavimento e instalando un sistema muy moderno de calefacción... que no sé muy bien cómo hizo que la piedra caliza se cargase de humedad y comenzase prácticamente a deshacerse, con lo que hubo que cerrarla de nuevo unos años más tarde.

 Ahora, tras deshacer toda la reforma anterior, levantar los suelos y apuntalarla por todas las esquinas, se sigue usando para exposiciones temporales. Había una cuando fui con algunas muestras de la escuela de arquitectura local a las que no presté mucha atención...

 Justo pegada a San Filiberto está ya nuestra última localización del recorrido, la catedral de San Benigno.

 Ésta sí sigue siendo la catedral de Dijon y está bastante cuidada. Asociado tiene un edificio, antigua abadía benedictina, que es el actual museo arqueológico de Dijon. Ya lo visitaremos por dentro algún día que llueva, que de momento hay que aprovechar estos días de primavera radiante para seguir recorriendo los exteriores de la ciudad. La Ruta "oficial" de la chouette acaba aquí, en la catedral. Pero hay tres rutas accesorias que ya caerán en su día... a la espera os dejo.

viernes, 6 de mayo de 2016

Barcelona: mar y montaña

 Hace una semana ya de mi viaje y, como quien dice, aún no os he contado nada. Que estuve a punto de no poder ir, si acaso, porque se demoraron muchísimo en atenderme en el Consulado y llegué luego muy apurado al aeropuerto. Pero a mayores de eso... es que no ha sido un fin de semana de "hacer cosas", sino de ver a gente: con el paso de los años se me han ido juntando unos cuantos amigos en Barcelona, y la verdad es que debería volver a no mucho más tardar, porque se me quedaron varios en el tintero.

 En realidad, y salvo la tarde del viernes, que la pasé con Óscar, que tras acabar en Santiago y hacer la tesis aquí, parece ya plenamente instalado; el plan del fin de semana era celebrar el domingo el cumpleaños de Marta (primer aniversario además de que se viniese, ella también, a hacer la tesis). Como además era la que me alojaba, la organización previa y el desarrollo del mismo me tocaron muy directamente, de modo que apenas sí dedicamos medio sábado a dar una vuelta por ahí.

 Y por ahí fue, primero y como veis en las fotos, Montjuic. No había subido aún yo hasta lo alto del monte (cosa que hicimos en bus, no en teleférico), y me gustaron las vistas y darme una vuelta. Y el olor a jara, que lo he echado mucho de menos durante mi primavera centroeuropea. Es una buena cosa que la Cistus x purpureus, un híbrido de jardín de la jara pringosa y la C. creticus, haya cogido el color rosa de la segunda, pero mantenga el aspecto general, y sobre todo la resina olorosa, de la primera.

 Después de comer nos dimos una vuelta por el puerto, que ya os dije que yo iba con mi objetivo entre ceja y ceja. Pero ya veis en la foto que el día no estaba especialmente bonito y calmado en lo meteorológico, y aunque desde por la mañana ya no llovió más, sí siguió soplando un viento que, entre otras cosas, rizaba mucho la superficie del agua, con lo que no había manera de ver qué peces se movían por debajo.

Así que me dediqué a las gaviotas, que también las echaba mucho de menos, y son muy agradecidas de fotografiar, más aún si ven que en la otra mano tienes algo de comida. Igual que Marta en Barcelona, por el plumaje, este chiquitín anillado en el delta del Ebro debía de estar también en fechas de soplar una única vela. Felicidades a los dos.

jueves, 5 de mayo de 2016

La isla que se cargó Darwin

Jueves de la Ascensión, festivo en Francia. Dijon amanece radiante y oliendo a lilas, prometiendo un mediodía de manga corta y vencejos gritones. Y yo aprovecho, y voy a hablaros de Ascensión... pero de la isla. Una isla de la que yo no sabía apenas nada: que pertenece al Reino Unido, que tiene una especie de rabihorcado endémica que probablemente no vea nunca, y poco mas. Y entonces, muy a propósito de la fecha, descubro a través de Experientia docet este artículo en español de la BBC. Y ahí me entero de, entre otras cosas, la curiosa historia que da nombre a esta entrada, y que os resumo: Ascensión resulta ser una isla volcánica de lo más reciente, apenas un milloncejo de años. Y tan aislada está en el centro del Atlántico, que apenas ha llegado nada que pueda crecer allí. Cuando fue descubierta, la isla era básicamente una montaña negra, con apenas unos cuantos hierbajos y helechos creciendo entre las rocas, al abrigo del viento y sorbiendo mal que bien la humedad de las nieblas marinas. Así de "desolada" era cuando Darwin la vio al hacer escala en ella, camino de Inglaterra tras dar la vuelta al mundo, y en conversaciones posteriores con su amigo del alma el botánico Joseph D. Hooker, decidieron la manera de transformar la isla, para "mejorarla" a los ojos de un europeo: la idea en la que embarcaron al gobierno consistió en llenarla de árboles, de árboles adaptados a las regiones más duras de la Tierra, que de forma natural no habrían podido dispersarse hasta la isla. La idea era que los árboles, comenzando a crecer en la cumbre de la montaña, capturasen la humedad del aire y retuviesen una especie de bruma que a su vez humedeciese el suelo, permitiendo el desarrollo de más vegetación... y así sucesivamente, hasta que la isla se convirtiese en una especie de bosque "autorregado", donde fuese más sencillo conseguir agua dulce o cultivar. Una idea audaz de dos científicos perspicaces, y que además salió bien: la isla se fue poblando de eucaliptos australianos y mezquites y araucarias americanas, el proceso se puso en marcha, y buena parte de la isla es hoy un bosque, un bosque además cubierto de nubes. Pero un bosque terriblemente disfuncional: citando el artículo que enlazo, "en este momento es un lío desordenado de especies invasoras. Unas tras otras se vuelven dominantes o se van muriendo". Un campo de batalla en toda regla, vamos. Y entremedias, como daños colaterales, con lo que acabaron fue con los "hierbajos y helechos" que había antes: especies muy modestitas, pero que de haber tenido tiempo suficiente seguramente habrían ido evolucionando, generando formas de mayor porte, y a la larga transformando Ascensión en un bosque, calcando el proceso que Darwin supo brillantemente intuir y forzar, pero de una forma que, de haberlo pensado, seguramente le hubiera gustado mucho más...

miércoles, 4 de mayo de 2016

Festejando de uniforme

Barcelona, al menos este fin de semana, era toda ella una despedida de soltero. Ya en mi avión venían un par de ellas, uniformes en regla y todo, y al llegar al Prat estaba aquello ya invadido. Es algo que refuerza una de las cosas que hacen que Barcelona me guste un poco menos que Madrid: la sensación de estar en una especie de parque temático, más que en una ciudad. En el centro al menos, claro, que es donde siempre termina uno pasando el rato. Y supongo que el centro de Madrid puede dar la misma impresión; será sin más que allí hacía más vida de barrio...
Bueno, que me lío. Me viene al pelo lo de las despedidas para presentaros, en mi artículo del mes de mayo de EMNMM, a otros que también recorren la Sierra alborotando de continuo, bien uniformados y en comandita. Y además, el resto de la revista, que cumple cuatro años en la Red.


martes, 3 de mayo de 2016

Por descansar...

Desde luego... menuda suerte la mía. Ya estoy en Dijón, de vuelta de Barcelona, y esos días os contaré alguna cosa más sobre el viaje. Pero quería consolarme primero, contándoos que, por descansar este fin de semana de ordenador y demás historias, no me enteré hasta ayer por la noche, ya en casa, de que a escasos kilómetros de donde estaba, en el delta del Llobregat, se paseaba el domingo (y ayer) esta tórtola a primera vista tan vulgar. Feúcha, incluso. Pero claro: es que no es "una tórtola" cualquiera. Es una Zenaida macroura, una especie común en jardines y zonas urbanas... en Norteamérica. Una especie de la que apenas hay un puñado de citas en Europa, y ninguna en España. Hasta este domingo, quiero decir. En que por desconectar del ordenador, me la comí con patatas... Qué alegría, volver a casa...