Entre el frío, y que lo que había dentro me terminó interesando más que lo de fuera, pasé bastante tiempo del fin de semana berlinés dentro de museos: entre ellos, en el de Ciencias Naturales, que a la postre era donde Andrea estaba haciendo su estancia, con lo que pude colarme como visitante VIP.
Es el de Berlín uno de los museos europeos "clásicos", a la vez base y motor de científicos de renombre que exploraron y describieron a lo largo del S. XIX buena parte de lo que quedaba por describir en Europa, además de las colonias alemanas africanas y grandes zonas de Asia Central. A resultas, si de algo anda sobrado el museo es de bichos muertos: de bichos muertos en sus botes de formol...
... y de bichos muertos hace un tantico más de tiempo, como Tristan, uno de los ejemplares de tiranosaurio más completos y mejor estudiados.
Pero no os llevéis a engaño, que "clásico" no es viejuno y anticuado: en realidad las colecciones expuestas del Museo resultaban de lo más didácticas, sin caer en en infantilismo, como me pareció que hacían las de Londres; ni tampoco pasarse de pesadas y densas.
Y bonitas, además. El agateador y los dos trepadores azules que comparten troncos en este diorama estaban de lo más conseguidos. Nada que ver con... bueno, que las comparaciones son odiosas, ejem.
Una pareja de correcaminos mayores Geococcyx californianus, pensándose si la serpiente de cascabel que se han encontrado merodeando cerca de su nido no podría pasar de potencial depredador a cena... los correcaminos por cierto son cucos; pero de los que hacen nido propio, que de hecho si no me equivoco son mayoría en la familia.
Un par de faisanes dorados Chrysolophus pictus intentando ganarse el favor de una dama; sin más, que me parecieron bonitos... eso, y que me recordaron a unos que me gustaba ver en la pajarera del Jardín del Posío cuando era pequeño. Aunque mucho me temo que éstos de Berlín, con estar disecados, daban bastante menos pena...
Para gran horror de Andrea, me gustó mucho esta metavitrina, donde se recreaba el proceso de preparación de las pieles para su conservación en colecciones científicas.
Y despido ya esta entrada con otro fósil más, en preparación de las que vendrán. Un cráneo de un bicho que se llamaba Stygimoloch cuando aún me interesaba por los dinosaurios (más o menos por la época de los faisanes), y que ahora parece ser que no es sino la forma juvenil del Pachycephalosaurus. Bueno, supongo que si sé esto es que todavía me gustan un poco estos bichejos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario