miércoles, 13 de septiembre de 2017

Manrique y el Kruger

 Cada vez que enciendo el portátil, mi fondo de pantalla me recuerda lo bien que podría estar en el Kruger en vez de aquí asándome de calor (que hemos pasado del invierno al verano sin tiempo ni de pestañear... y, de hecho, aún estamos en invierno). Allí también me asaría, vaya; pero en el campo viendo bichos, que presta más que en el despacho... Para matar la nostalgia del Parque, al poco de volver me compré cuatro libros; que las cosas, si se hacen, se hacen bien: tres libros de memorias de los inicios del Kruger, y este otro:

101 Kruger Tales es el libro con el que me estoy yendo a dormir desde hace poco, y por menos tiempo aún, pues creo que a mañana no llega... Como dice su tagline, es una recopilación de "historias extraordinarias sucedidas a visitantes ordinarios del Parque", contadas por ellos mismos y simplemente recopiladas por el editor. Como dice el propio libro, el Kruger tiene una cosa especial, que lo distingue de la mayoría de las grandes reservas africanas: al igual que la muerte de las Coplas, el Kruger trata a todos por igual. El acceso está restringido para todo el mundo a las carreteras y un puñado de recorridos que se pueden hacer a pie, y uno puede visitar el Parque en su propio coche viejo y destartalado, sin tener que pagar para que lo paseen a uno de safari. De este modo, ricos y pobres tienen las mismas posibilidades de irse para casa de vacío o con algún recuerdo que les dure toda la vida; es cuestión de suerte. Me ha resultado muy curioso leer una y otra vez, a lo largo de las historias (algunas graciosas, otras terroríficas, otras "sin más" emocionantes), como mucha gente comenta cosas del estilo "llevo viniendo al Parque todos los años, ya desde que mis padres me traían de acampada de crío..."; y me hace gracia pensar en los que ponen los ojos en blanco y chasquean la lengua cuando les digo que voy a Monfragüe "otra vez"... no, si yo entiendo que el tiempo es limitado, y que hay muchos sitios que ver; pero es que hay sitios que son distintos cada vez que uno los pisa, así que también cuenta. Qué ganas tengo de volver... y al Kruger, también.

PD. ¿Cómo diríais "tagline" en español?

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