martes, 14 de febrero de 2017

Tortura con viennoiseries

No sé cuál de los tres, si Miguel, Cefe o yo mismo; tiene más culpa de que ayer cayésemos en la trampa de acudir a la segunda sesión de "encuentro entre investigadores (pos)doctorales extranjeros", supongo que podemos inculparnos mutuamente por igual. Al menos esta vez la Universidad puso café y bollos, así que no nos fuimos de vacío. Pero por lo demás, ocho asistentes de los 25 que habían confirmado; y salvo Cefe y yo ninguno de los de la primera vez... la idea detrás de estas sesiones está bien, pero al final lo que es la reunión en sí se va en que cada uno se presente siete veces, cada vez que llega alguien. Y el recién llegado a Dijon que necesita "algo" normalmente ya se las ha apañado por su cuenta, y no espera a que le solucionen la vida en una reunión que tiene lugar de forma aleatoria y a unas horas en las que, por o demás, debería estar trabajando (ejem...). Lo mejor que me llevo en limpio de ayer es ver lo currado que está en esta universidad el tema de la divulgación ("vulgarisation" en francés, que no suena muy bien) de la investigación que se hace, tanto de ciencias como de letras. Hay un montón de actividades con las que los doctorandos se pueden comprometer (a cambio de créditos del programa de formación de las Escuelas de Doctorado, claro, que si no...) en las que exponer, delante de grupos más o menos grandes, y de sectores de lo más variado, a qué se dedican; amén de otros muchos soportes de divulgación, de los que me quedo, por la gracia que me haría verme protagonizando uno, con los "cómics de tesis"... Todavía no me ha dado por ahí, la verdad, pero no sé si, llegado el momento, mis ansias docentes podrían calmarse a través de la divulgación en vez de/a mayores de las clases. Ya veremos...

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