lunes, 15 de enero de 2018

Alas sobre el Parque (Back to Kruger, III)

 ¿No pretenderíais que dedicase muchas más entradas sobre el Kruger a los mamíferos, no? Que, a fin de cuentas, dan para lo que dan... pero os tengo una sorpresilla guardada. Al Kruger subimos en coche los tres estudiantes y yo, y mi jefe llegó al día siguiente en avión, pues tenía asuntos que resolver en Bloemfontein el día de nuestro viaje. Total, que fuimos a esperarlo al minúsculo aeropuerto de Skukuza, donde desembarcan desde Johanesburgo directamente dentro del parque los turistas con más posibles. Es una estructura de techos altos de paja y abierta, prácticamente sin paredes, y en lo más alto de algunas alas del aeropuerto, me llamaron la atención unas cosas que colgaban de techo...

 ... y que resultaron ser, para mi tremenda alegría, pequeños grupos de zorros voladores de Wahlberg Epomophorus wahlbergi, la más común en Sudáfrica de las múltiples especies de zorro volador de charretera, así llamados por dos penachos blancos que tienen los machos en los hombros (distintos de esos pequeños puntos blancos de la base de las orejas tan llamativos). Los murciélagos se dividen en dos grandes ramas: los microquirópteros (pequeños, insectívoros, que se mueven usando ecolocalización), los propios de las regiones templadas, y los macroquirópteros, o zorros voladores, de cabeza perruna, que se alimentan de fruta y viven en zonas tropicales. Y aunque el de Wahlberg, del tamaño de un mirlo, no es que sea muy macro, sí es el primero que veo de este grupo.

 Pero vamos ya con los pajarillos, que sé que los echabais de menos: empezando por una eremomela cuellirufa Eremomela usticollis; nunca me cansaré de daros las gracias por lo mucho que, con la cámara de fotos, me habéis ayudado a identificar todo este montón de LBJ que tenemos en Sudáfrica.... si ahora os mortifica ver tantas fotos insulsas en el blog, la culpa es vuestra. Este pariente de los buitrones era solo una de las muchas especies cuyas voces amenizaban la estancia en el campamento, y cuyos cantos para mi desgracia olvido a los diez minutos de haber dejado atrás el Kruger...

 ¿Y esa bola blanca, qué es? Pues un macho de cubla dorsinegra Dryoscopus cubla exhibiéndose ante la hembra de la rama de arriba. "Dorsinegro" lo es cuando está relajado, pero durante el cortejo vuelve del revés todas las plumas y se convierte en una esfera de plumón níveo... la transformación vista en directo es bastante espectacular.

 Un toco coronado Lophoceros alboterminatus, un cálao que se mueve por zonas de arbolado más cerrado que los otros tocos del Parque y cuya vocecilla, que me suena ridículamente aguda para lo grande que es el bicho, nos acompañaba con frecuencia durante las sesiones de anillamiento.

 Un vinago africano oriental Treron delalandii: una paloma frugívora, como los zorros voladores, que posada en un cable no pasa nada desapercibida, pero cuyos tonos verdes la hacen desaparecer una vez se mete entre el follaje.

 Esta bonita cosifa de Heuglin Cossypha heuglini se paseaba por el césped del campamento a escasos metros de la mesa donde estaba yo comiendo muy mosqueada, pues escuchaba igual que yo retumbar a apenas unos metros el canto de su archienemigo el cuco solitario, que suele parasitar varias especies de cosifa. Algo mas tarde, de hecho, se armó algo de barullo entre la maleza, cuando una pareja de cosifas se empezó a dar de leches con un cuco que, supongo, hizo el intento de acercarse a su nido...

 Otro cantante: un sisón moñudo austral Lophotis ruficrista al que sorprendimos en plena serenata, lo que me permitió descubrir de dónde le venía lo de "ruficrista" pues ese penacho de la nuca no se les nota en absoluto cuando están relajados.

Y termino ya con la que os dije hace poco que era mi nueva ave sudafricana favorita: la golondrina abisinia Cecropis abyssinica, pariente de nuestras golondrinas dáuricas y constructora como ella  y las demás del género, de nidos en forma de botella. Allí estaban estas dos, asentadas en el techo de los baños de un picnic y ajenas a la procesión de carnes apuradas de todos los colores que pasaban por debajo mirando con recelo mi cámara de fotos. Como si no tuviese yo mejores cosas que retratar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario