sábado, 27 de enero de 2018

Lc XV, 16

 Caminando junto a Duygu por el campus, pasamos junto a un algarrobo... "¿En España también coméis esto?" "Bueno... las personas no" "¡Ohh...! (se llevó las manos a la cara, con gesto de desazón), ¿así que se lo dais a los animales..?"

Y después en la residencia, apareció con esto para Joaquín y para mí. Yo de España me vine con queso y embutidos, y ella de Turquía con un surtido de frutos secos de lo más variado, incluyendo algarrobas.

Alguna vez en el campo me había picado la curiosidad de saber a qué sabrían, y hoy por fin pude quitarme esa espina. Veredicto: es como masticar paja dulce y con un ligero olor a heces... Ángel lleva meses prolongando en su blog el relato (muy entretenido e instructivo, por lo demás) de su visita veraniega a Tierra Santa, y habló un día de la admiración que le producía, estando en el desierto, pensar en San Juan Bautista; pues la misma compasión que sentí hoy por el hijo pródigo... Está claro que hay delicias y delicias turcas.

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