Tiergarten |
Como me esperaba, Berlín era una ciudad con mucho verde. O, por hilar más fino, con mucho amarillo: con mucho otoño, en parques, plazas y avenidas. Árboles a medio desnudar en los que grajas y grajillas se reunían para pasar la noche, o a través de los que las cornejas cenicientas perseguían a los azores que sorprendían al descubierto. Breves observaciones ornitológicas salpimentando, aquí y allá, un puente de lo más entretenido, que ya iré desgranando en las próximas entradas.
Pero tenedme paciencia, que hacer la criba de todas las fotos que hice me levara bastante tiempo. Así que, por si esto se alarga mucho, vaya por delante el agradecimiento a mi señora anfitriona. Y al MINECO, por financiarle la estancia predoctoral ;-)
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