Están la tardes esta semana tan agradables cuando salgo de trabajar (de sol, no de temperatura...) que ayer terminé remoloneando algo antes de subir al tranvía, entretenido con los colores de los árboles; ya la semana que viene, con el cambio de hora, me temo que empezaré a vivir más de noche que de día... Se está portando bien el otoño: llueve y hace sol cuando le da; pero, al revés que en primavera, suele llover entre semana y hacer bueno el finde. Y aprovecharé éste de puente, que también pinta soleado, para ir a Berlín a ver a Andrea. La vida del postdoc: p'aquí p'allá, en pos de los amigos y coleccionando recuerdos... a la vuelta nos vemos. Acordaos de rezar por los difuntos, que ¡benditos ellos!, ellos no nos olvidan.
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