De vuelta, sí, pero ni del todo, que en breve volveré a hacer las maletas; ni de todo, pues, aunque cansado, sigo teniendo ánimo para más aventuras. De vuelta tras dos semanas de desconexión del ordenador que me han hecho bastante bien, aunque ahora se me acumulen las cosas y me hubiese gustado, por lo demás, iros poniendo al día de los devenires del congreso desde allí mismo. Pero ya tocará hablar de eso, y de la tarde pasada en Barcelona en el viaje de ida, y de los dos días posteriores disfrutando de La Camarga y descansando de tanta ciencia. Ya tocará cuando se pueda, que hoy desde el tren, mientras se me iba la vista fuera a los rastrojos y los primillas, y escuchaba de refilón los chistes verdes que una vieja en silla de ruedas con acento cerrado de Pontevedra iba contando a una chiquilla madrileña que no sabía dónde meterse (clásicos todos ellos, como el del tres en uno o el del huevo del torero...); tenía la mente en realidad puesta en la lista larga de cosas por hacer de manera más inmediata. Cosas que también se dejarán caer por aquí, no os preocupéis...
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