Pues... poco más. Tras revisar una y otra vez, otra vez, la carpeta de fotos de mi último viaje dentro de Sudáfrica, que lleva seis meses en el escritorio, intentando decidir por cuáles o por dónde empezar a subirlas; terminé de dar forma a un pensamiento que llevaba rumiando ya desde Navidad: no le veo mucho sentido a seguir con el blog abierto. Cualesquiera que fuesen las alegrías que me proporcionaba antes, hace tiempo que se han ido y yo las he olvidado, y el único poso remanente es la sensación de malestar aparejada a no actualizar con más regularidad. Las fuentes de que se nutría esta página se han secado:
- A las entradas "enciclopédicas", comentando noticias o hablando de tal o cual especie o lugar, no les veo sentido: sobran las webs de periódicos y de divulgación científica por Internet adelante.
- Idem para esas entradas en las que hablaba de lugares, de viajes, en primera persona: a nadie le estaba descubriendo cosas que no pudiese encontrar, mejor, en otro lado.
- Y la parte del león que tenía este blog, la de diario al que volver para recordar qué hice o qué pensé en tal o cual día... bueno, hace ya tiempo que no me sucede nada que quiera recordar en el futuro. Y mi opinión sobre la vida en general dudo mucho de que le interesase a alguien; pero en todo caso, de ser así, prefiero explicarla cara a cara.
Gracias en todo caso por la compañía, a los que sea que quedéis por ahí fuera. Como otra cosa no, pero veleta e inconsecuente con mis decisiones lo soy un rato largo, ¿quién sabe? Igual dentro de unos años, o de unos días, recojo cable y vuelvo a dar la lata por aquí. O en otras plataformas: avisaré aquí si alguna vez siento la imperiosa necesidad de abrir cuenta en Twitter o algo así... Hasta entonces, o hasta que nos veamos, que me hará de hecho más ilusión, quedad con Dios. Gracias de nuevo.