miércoles, 9 de agosto de 2017

Sundowners (PNK, VIII)

Principalmente para evitar problemas de furtivismo, como regla general en el Kruger no se permite la circulación de vehículos de noche. Pero una de las ventajas de estar en el Parque como investigador es la de disfrutar de una cierta flexibilidad de horarios. Tampoco demasiada, la verdad sea dicha, pero la suficiente como para poder ver anochecer desde fuera de casa. De modo que los días en que el trabajo lo permitió, los sundowners (charlar tranquilamente mientras se pone el sol) formaron parte de nuestra rutina diaria.

El lugar al que más veces acudimos lo podéis ver en la primera foto: lake Panic, un pequeño embalse que represa las aguas del Mafunyana, aguas arriba de nuestro campamento. Debido a la visibilidad y a sus paredes bastante empinadas, la presa terrosa del embalse se considera "zona segura"; lo suficiente al menos como para bajar del coche por tu cuenta y riesgo. Aunque la zona es bastante famosa por sus aves acuáticas, a las horas tardías a las que fuimos apenas sí se movía algo más que miles de queleas comunes Quelea quelea (posiblemente el ave más abundante del mundo, y desde luego la del Parque) preparándose para dormir entre los carrizales y acacias de la orilla. Eso y los resoplidos de los hipopótamos en el agua, a escasos metros de uno.


Un par de tardes nos dio tiempo de ir a un lugar algo más lejano, la colina de Mathekanyane: un domo granítico donde también puede uno bajarse por su cuenta y riesgo. Y desde el que se atisba apenas la inmensidad de este parque nacional, grande como Cáceres o Ciudad Real...


Aunque por la foto parezca el sitio un remanso de paz, el reclamo de cientos de francolines y pintadas como los que os enlazaba ayer, al pie de la colina, resulta a veces bastante ensordecedor. Y más arriba y cerca de nosotros, unos cuantos grupos de alcaudones píos Urolestes melanoleucus la armaban también un poquillo, peleándose y jugando antes de, ellos también, irse a dormir.

Volviendo a lake Panic, como la zona está pegada a Skukuza, que ya os dije que es el principal campamento del Parque, todos los días que fuimos nos encontramos a otros grupos de investigadores o de trabajadores pasando el rato. Y un día incluso, como podéis ver, con los participantes en una boda, que llegaron para hacerse las fotos montados en los caddies del cercano campo de golf: el único creo en que las bolas vuelan entre impalas y kudus... y en que de vez en cuando los golfistas se dan de bruces con algún león.

Al crepúsculo le sigue la noche, y ya me perdonaréis la calidad de la foto, pero me hacía ilusión poneros una foto de la Cruz del Sur (un romboide más bien, ya, pero qué queréis: esos que se inventan constelaciones, que ven lo que quieren ver...). Y como las horas tardías se prestan también a la música, ya me perdonaréis también que os deje con una de las canciones que más se escuchan por estas tierras. "Canción del verano" la llamaría, si no fuese porque estamos en invierno...

2 comentarios:

  1. jeje Mola mucho. Esas charletas acabando el dia con esa estampa tienen q ser un lujazo

    Pena de final de entrada, no fui capaz de escuchar eso más de un minuto xD

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    1. No te preocupes, que los otros tres minutos son más o menos iguales...

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