Cierro la serie de entradas sobre Besanzón con las imágenes de dos cartelillos que me llamaron la atención, y que aunque estén en francés creo que se entienden bien:
Este, del Ayuntamiento, para que la gente pegue los chicles sobre las caras (el papel luego se puede arrancar, como el de una pizarra) y no los pegue en otros sitios o los tire .al suelo. De entrada me gustó, pero realmente me deja un cierto mal sabor de boca, como los dispensadores de bolsas para las cacas de los perros: se supone que de entrada la gente no debería ser tan cerda como para tirar los chicles por ahí; y por lo demás me da que, como se requiere del mismo esfuerzo para tirar un chicle a la papelera o pegarlo aquí, el número de chicles pegados al pavimento bisontino no debe de haber disminuido gran cosa. Creo yo que los cinco que pegaron ahí su chicle de entrada no lo habrían tirado al suelo...
En fin, otro cartel con un asunto radicalmente distinto, y bien curioso: nuevas iniciativas empresariales surgidas a la lumbre de las nuevas tecnologías (¿nuevas? ¿No se ha desinflado ya la burbuja pokemonística?). Aunque ya hay que ser gordo de espíritu para encargarle a alguien que te pasee los pokemon...
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