Como mascotas, o esa al menos es la impresión que me da. Pero es una situación con la que estoy a gusto. Me refiero a que los españoles en Bloemfontein somos bien recibidos, y la curiosidad de querer conocer "al exótico" hace que la gente se muestre encantada de pasearte de un lado a otro, que estén siempre dispuestos a invitarte a comer o a cualquier otra cosa, para que a cambio los "entretengas". El viernes, primer día de Joaquín en la facultad, no fue nada provechoso en cuanto a lo administrativo: todas las oficinas en las queríamos hacer gestiones nos las encontramos ya cerradas o a punto de cerrar, que total ya casi era fin de semana... Eso mal, pero a cambio tuvimos primero invitaciones a cafés e invitaciones luego por la tarde al salir de currar...
... seguidas por invitaciones el sábado a comer y a conocer la ciudad, y a cenar y escuchar luego música en vivo en un club de jazz (bien, salvo porque el jazz tampoco es que me apasione, y salvo porque en realidad no había nada de cenar...). Y esta misma mañana (foto), brunch con Charissa, que ya me había adoptado antes a mí y que está encantada ahora de doblar el número de pupilos. Pues nada, habrá que aprovecharse, mientras les dure el sentimiento de novedad... quejarnos, desde luego que no nos quejamos.
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