miércoles, 3 de octubre de 2018

Un nuevo amanecer

Uno de los últimos en este país, vaya. Pues mañana vuelvo a España.

Suena raro, claro, que llevo aquí apenas un mes justo; pero no es una decisión basada en mi breve experiencia en Israel, sino en todos los años anteriores. Esta carrera de fondo de conseguir un puesto algo más permanente en la universidad me está gastando bastante. Es una carrera donde hay muchos factores que uno no puede controlar y que se cruzan de por medio, y donde por lo demás la competencia es muy dura y "acumulativa": uno no puede "aprender", y así subir peldaños más deprisa; si no se es de los mejores en términos de producción científica desde el principio, uno queda tocado, y remontar un CV de "normal" a "excelente", o tener mejor o peor fortuna en las evaluaciones subjetivas de becas y proyectos, no es tanto cuestión de trabajar más como de tener suerte. 
Como el proyecto que tenía que hacer aquí, aunque muy interesante en términos generales, a mí no acababa de convencerme mucho, y por lo demás una vez empezados los experimentos iban a llevar cerca de un año en concluir; tras pensarlo durante bastante tiempo, y tras hablar ayer largo y tendido con mi jefa, hemos decidido que era mejor parar ahora, antes de haber empezado con los jerbillos, que que dentro de unos meses me fuese estando por un lado yo mucho más quemado, y por otro dejando además las cosas a medio hacer.
En otro orden de cosas, en lo personal estar estoy perfectamente, no os preocupéis: con dudas con respecto al futuro, pero contento y relajado tras tomar esta decisión. Puede que solo necesite algo de tiempo; el que no tuve entre Sudáfrica y esto. Tal vez dentro de un par de meses esté otra vez echando postdocs... o haciendo algo completamente distinto, ya Dios dirá.
Como no me quedaban por lo demás otros temas pendientes aquí (no siendo tacharme la cantidad de bichos que no he visto en este país), y encontré un vuelo barato, pues aterrizo en Madrid ya mañana por la tarde. Por allí nos veremos, o por aquí, ya con algo más de calma. Y ya que cerré la primera entrada de esta breve singladura con un hit de la canción peruana, justo es que la termine ahora con otro que también viene al pelo. Que ya mañana amanecerá Dios, y medraremos...

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