miércoles, 3 de febrero de 2016

El porqué de un nombre

En honor del producto más famoso de mi destino postdoctoral, este blog estuvo a punto de llamarse "Biólogo a la mostaza", "Biólogo y Mostacero" o alguna otra barbaridad que se me hubiese ocurrido la noche antes. ¿Por qué pues el nombre -lo admito, bastante feo- de Biólogo y Mercenario? Porque el momento de pergeñar este nuevo blog coincidió con una etapa de lectura de experiencias de compañeros en la mima situación, durante la que descubrí esta entrada del blog ¡Jindetrés, sal! que tan bien explica el término de "mercenarios de la Ciencia": al igual que los soldados de fortuna, los postdoc vamos a trabajar allí donde haya dinero y nos quieran, en el proyecto que toque; y finalizado el proyecto y/o el dinero, a emigrar a otro lugar... hasta que algún día llegue la soñada estabilización: idealmente en Ítaca, pero quién sabe si tal vez entre los lotófagos, con Circe en Eea o en el país de los feacios. Porque a Polifemo, Escila o las sirenas, mejor ni mentarlos...

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