Buscando ver a los amigos antes de partir a Sudáfrica, y buscando también disfrutar del mar y de un pequeño anticipo del verano antes de plantarme de vuelta al otoño en el centro de ese país austral; fui ayer a pasar el día con Raúl.
Empezamos sin embargo visitando una pequeña charca de agua dulce en el lugar de Os Leiros, apenas a unos metros del CiUG, pero con un ambiente radicalmente distinto del de la gran llanura mareal (donde no vi que quedasen ya apenas limícolas). Buscábamos (buscaba yo; Raúl me lleva, y me aguanta) una polluela chica Zapornia pusilla (en concreto esta misma de esta foto) que se llevaba citando desde unos días atrás, y hasta la tarde del martes, en la zona, y que sería un primer bimbo de 2017 la mar de agradable.
Pero la buscamos, nosotros y dos observadores mas, sin éxito; mientras que un paisano acompañado de su can de palleiro (como "concepto", no como raza), que estercaba un pequeño viñedo allí al lado con un remolque de algas, nos echaba miradas de reojo sin llegar a preguntar nada. A falta de polluela, os dejo con una rana Pelophylax perezi de los millones que sí se veían y escuchaban dentro de la charca. Que además, a fin de cuentas, el canto de la polluela se parece mucho al de estos anfibios...
Se escuchaban ranas, y se escuchaban muchos pajaretes saludando alegremente a la primavera, en un ambiente que alegraba el alma de puro verdor. Los más abundantes, los cistícolas buitrón, aves típicas de estos prados de vegetación alta... aquí y resulta que en Sudáfrica también. Solo que allí además comparten país con ¡dieciocho! especies de cistícola más, buena parte de las cuales muy similares entre sí. Mejor voy aguzando el oído...
Y los segundos en abundancia, los pardillos Linaria cannabina. Este es el macho de una parejita aquerenciada en un tojo, con su pechera recién pintada de rosado...
... y esta su señora, acarreando material para forrar el interior del nido. La verdad es que se mostraron con nosotros de lo más confiados, de modo que no me extraña que lo de "pardillo", aunque claramente les venga por el color, adquiriese a partir de estos bichos la connotación negativa que tiene.
Algo más allá, y mostrándose mucho más al descubierto de lo que suelen estos bichos, para gran alegría nuestra, descubrimos este precioso alcotán europeo Falco subbuteo, seguramente llegado hace poco de África (últimamente veo "África" escrito allá donde mire...), y atento al vuelo de aves y libélulas.
Pero bueno, pasar la mañana de pajareo nos dio ganas de pasar al picoteo, y ya después, con la tripa llenas, las ganas fueron de vaguear un poco al sol en el Patarroxa al socaire de Tambo, y de bañarnos un rato en las aguas heladoras simplemente por poder decir que lo habíamos hecho. Lo que viene siendo "sufrir", vaya, en la cara se nos ve...
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