viernes, 30 de noviembre de 2018

Una dualidad que no es tal

El miércoles pasé casi todo el día en la facultad: al igual que en muchas otras de toda Europa por estas fechas, se celebraba el PhDay: una especie de congresillo donde los doctorandos de esa facultad expusieron al común de los mortales* a qué se dedican, para que se vea sobre qué está investigando en cada centro. Introdujo las jornadas mi exjefe, con una charla muy interesante enfocada a recordar que los PDI (básicamente, los profesores de universidad) son Personal Docente e Investigador (no, "o"); y mostró cómo, al menos en el sistema español, donde la asignación docente de un profesor normal es fija (240 horas anuales; aquí no hay contratos más orientados hacia docencia y otros más hacia investigación que hagan un reparto desigual de horas); la pretendida justificación de "yo no investigo tanto porque dedico mi tiempo a preparar mejor las clases" no es válida: demostró con modelos matemáticos y datos reales que, con esas horas fijas de docencia, los profesores que más investigan son también los que significativamente tienen mejores notas de evaluación de su docencia por parte de los alumnos. Algo para pensar...

* Esto es, si acuden: ayer, salvo en casos muy puntuales en que algunos estudiantes se traían su corrillo de palmeros, en el público apenas sí estaban los participantes, y ni siquiera todos, todo el tiempo... una pena.

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