jueves, 5 de julio de 2018

Un río preso de la presa

Una pena.

Un tema recurrente en las series americanas "familiares" de cuando era chico, también de las de dibujos, era el de la movilización vecinal para salvar "su" pedazo de naturaleza local: su bosquecito o su parque sobre el que se iba a construir una carretera, o algo así. Algo que se me antojaba ajeno, y casi cómico: de pequeño porque no veía yo nada de lo que estar orgulloso a mi alrededor, y ahora que ya peino canas (en plural, sí) porque las cosas que me gustan (los solares "abandonados", la "maleza"...) me gustan solo a mí, y da apuro defender eso y quedar como un loco... Pero por fin el proceso de renaturalización del Manzanares me llenó de un gran orgullo local: de repente una medida de lo más simple llenaba de vida un espacio bastante perdido de la ciudad, y aunque los de las ranas croasen comidos por la inquina, buena parte de los madrileños se asomaron a su río y vieron, aliviados, que en realidad sí pintaba bastante bien...

... Y de repente, ¿eh? ¿Con qué me desayuno? Con que la corporación pretende remar y guardar la ropa: cuando la regeneración del río iba viento en popa, van y cierran una de las presas para reembalsar un kilómetro y pico de río, para que practiquen los ¡110! alumnos de la escuela de remo. Que no tengo nada en contra, y me alegra que disfruten con el deporte. Pero igual que no hay dónde instalar una escuela madrileña de windsurf, pues si el menguado río de la ciudad no permite el remo, ¡qué le vamos a hacer! Lo que no me parece de recibo es machacar así uno de los proyectos en pro de la diversidad urbana más amables y exitosos del país. Represar el río no afecta solo al tramo que ahora se inunde y quede sin vegetación y circulación natural, sino que corta de nuevo el movimiento de especies a lo largo del cauce. Y volverán a prosperar carpas y peces gato en detrimento de los peces locales, y a criar los mosquitos en el agua retenida... y a haber en resumen solo un canal de agua verdosa donde antes crecía el verde variado de la vegetación ribereña. Y ya, ya sé que el mundo,  si me apuráis el medio ambiente, tiene problemas objetivamente mucho mayores, y que esto, a fin de cuentas, no es "nada". No será nada, pero por una vez, sí es muy personal. Y eso duele. Así que si estáis empadronados en Madriz y queréis firmar... van mil apoyos en dos días, pero hay que seguir hasta los casi veintiochomil para que se pueda votar.

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