Volvía el martes por la tarde en tren de Lyon a Dijon, último capítulo de cinco días de visita a España en los que creo que he pasado más tiempo viajando que con todos vosotros, y como el sol poniente me cegaba y no podía mirar el paisaje, me dio en pensar en lo que se veía dentro del tren: un compartimento que por un lateral daba al pasillo. Seis asientos, bien cuidados, pero añejos. Un diseño, en resumen, que creo que no veo en trenes españoles desde hace 20 años. Una más que añadir a la lista de "cosas viejas" que he visto estos meses, de la que os he hablado a algunos este fin de semana. Cosas viejas como los coches, donde abundan también los de modelos mayores de edad. Cosas como volver a ver a gente, a bastante gente de hecho, de mi edad para arriba, con teléfonos móviles de segunda generación, con sus teclitas y sus SMS. Cosas como una dependencia administrativa muy grande del papel impreso: facturas, extractos de cuentas... Cosas viejas que, como no creo que sea por falta de medios, que eso en España lo llevamos bastante peor, supongo que se mantienen en uso por algún detalle de la idiosincrasia local, ya implique ésta hacernos a nosotros mejores o peores en comparación... se admiten (y agradecen) comentarios.
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