miércoles, 13 de abril de 2016

Acurrucados

No he franqueado los límites de Dijon desde hace casi dos meses, bien conscientes sois de ello a través de este blog; y sin embargo, otra cosa igual no, pero esta ciudad está bastante animada en lo que a jardines y avifauna se refiere. Como si hablásemos de etapas en la vida creativa de los pintores, podríamos decir que se está terminando ya el "periodo amarillo": la temporada de los narcisos y las forsitias (muy numerosas aquí en todas partes), y tulipanes, cerezos y manzanos toman el relevo en tonos blancos y rosados; mientras que en general todos los árboles ya se ven más verdes que marrones. Paralelamente, cada día el bullicio es un poco mayor: cuando llegué aquí apenas sí se oía cantar a los verderones, que resultan también bastante abundantes en esta ciudad. Empezaron apenas después mirlos, carboneros y herrerillos, y al punto las tórtolas turcas y los jilgueros. Pero todos estos ya estaban aquí,a diferencia de las aves migradoras, que han ido llegando en lo que llevamos de mes: de repente parece haber un colirrojo tizón en casi cada casa, me sorprendió que aquí, comparativamente al sur, fuesen tan viajeros, meintras que en España ciudades de clima comparable a ésta en cambio reciben invernantes. Y también han llegado las capirotadas, muchas currucas, cantándole a mi tesis desde los setos un poco por todas partes... ¿Y qué más faltará por llegar o despertarse? Ya iré comentándolo, pero entremedias, contadme: y en Madrid, qué, ¿gritan ya los vencejos???

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