A tiro de piedra de la ruta cuyo recorrido os mostré en la entrada anterior, muy cerca ya de la frontera con Alemania, había una explanada; y en medio de ella una torre con una antena de radio y una cafetería.
Y detrás de la cafetería, un pequeño montículo coronado por una torre más pequeña; de exactamente seis metros, a la que se accede por unas escaleras. Escaleras que suben exactamente a "nada", pues el montículo no tiene más ciencia ni tesoros ocultos que los que veis en la imagen.
Pero ¡que no os engañe la cara de "¿y esta mierda...?" de Álex!, pues en realidad está haciendo alpinismo de alto nivel en un lugar la mar de turístico, pese a lo desangelado que pueda parecer. Pues, señores, lo que muestro en estas fotos es la cumbre (aunque la "cumbre" sea una llanura, pero bueno...) de la montaña más alta de Bélgica, que se alza hasta alcanzar los vertiginosos 694 m snm, a seis metros apenas de cambiar de centena...
... Precisamente para eso, seguro que ahora lo habéis supuesto, sirve el montículo: para que uno pueda en territorio belga poner los pies a 700 metros de altura. Y la cabeza ya según lo alto que sea uno...
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