Mi jefe no estaba el lunes en el aeropuerto, ya os dije; hoy se supone que nos encontraríamos en la Facultad. Quedé con él por wasap en que a partir de las ocho me pasaría por su despacho, y me fui a la cama tan contento... Esta mañana a las ocho menos cinco, mientras acababa de desayunar en la habitación de la residencia, llamaron a la puerta. Abrí. Era el Dr. Mdu...
Ya me habían advertido en la facultad estos días atrás sobre cómo se las gastaba (alabándolo, de hecho): que le desesperaba la ineficacia, que se movía para conseguir lo que quería, yendo directamente a ver a la persona que pudiese solucionar su problema, y que transformaba cualquier "no" en un "ya veremos", como paso previo al "sí". Pero he de reconocer que su inesperada visita me chocó algo: una cosa es meterse en los despachos de la gente, y otra en su casa... le dije que enseguida estaba listo, y cuando algo más tarde salí del cuarto me lo encontré de charla con la recepcionista, que le había invitado a uno de los cafés del bufé que le ponen a los residentes vip... A partir de ahí, la mañana fue una sucesión de visitas a despachos y entrevistas con unos y otras que me confirmaron lo que ya me habían dicho: alguno se reían con cara de "¡este chico...!" al verlo aparecer, otros ponían cara de desesperación ("¡este hombre...!"); pero todos terminaron haciendo lo que quería que hicieran, y terminé la mañana con prácticamente todo el papeleo listo...
... incluyendo, entre otras cosas, mi nueva identificación como miembro de la UFS. No seáis muy duros, que cuando le pregunté a la señora si "¿me va a sacar la foto ya?", ella ya estaba imprimiendo la tarjeta...
Ya os digo, el Dr. Mdu (que resulta que es unos meses más joven que yo), con sus métodos más o menos ortodoxos, resultó ser un prodigio de eficiencia. Me recordó poderosamente a ciertos personajes que suelen aparecer en las novelas de viajes inglesas que, cuando el protagonista viajero está atascado, enfangado y empantanado, dándose de bruces contra la burocracia local; aparecen de la nada y solventan todos los problemas en un periquete, ya sea sonriendo, ya agitando la vara. Ojalá sea tan eficaz con los revisores y editores de las revistas.
Ya te iba decir que me parecía de nuestra edad. que cosas
ResponderEliminarSigue, sigue narrando. Mola todo
Dr AntHon xDDD
Ya, esa "h" la introdujeron por su cuenta y riesgo...
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