Hola a todos: desde mi habitación de la residencia universitaria donde me quedaré al menos los primeros días os escribo ya; muerto de sueño, la verdad. Que el viaje fue muy largo y pesado... pero muy entretenido también.
De aquí, con una explicación muy buena además |
Dormí muy poco en el avión, la verdad; nunca duermo ni mucho ni bien en autobuses y cosas así, y tengo bastante envidia de los que son capaces de pasarse tales viajes roncando de cabo a rabo. Cerré a ratos los ojos mientras cruzábamos el Mediterráneo camino de Egipto, y pasé luego mis buenas horas en un estado más de alelamiento que de inconsciencia hasta que llegamos a la vertical del Victoria. Llegando a Johanesburgo, un nerviosismo nuevo, y sano, vino a relevar al "dolor de tripa" con que llevaba desde el domingo por la mañana: el ansia por saber cuál sería la primera especie avistada al sur del Ecuador. ¿Sería algún bimbo, o por el contrario una especie introducidísima, un gorrión o paloma? Finalmente, en Johanesburgo no llegué a identificar nada más allá de género, mal que me pesase; y tuvo que esperar la resolución de la duda hasta que llegamos a Bloemfontein, cuando un alcaraván de El Cabo Burhinus capensis alzó el vuelo alarmado al maso de nuestro aparato... seguido de cerca a ras de suelo por otra asustada mangosta amarilla :-) Bien estuvo eso de iniciar a la vez con bimbo las listas de aves y de mamíferos. Y desde entonces hasta ahora, un día lleno de bimbos; y eso que son aves que solo he "visto", que en ninguno de los casos me ha dado tiempo de mirar... en fin: parece que, al menos por este lado, comienza bien la aventura.
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