jueves, 18 de octubre de 2018

Sin red

 Y no es que no esté actualizando esto mucho por no tener conexión, no; es más bien porque no tengo gran cosa que contar, en estos días de verme desde fuera, intentando ver a dónde quiero ir. Ojo: estoy muy contento de estar aquí, trascurridas ya dos semanas tras coger el avión de vuelta, y en absoluto arrepentido de la decisión. Pero eso es distinto de no saber ahora hacia dónde tirar... Este fin de semana pasado en Orense me encontré, para enorme sorpresa mía, con una cría de salamanquesa en el pasillo de casa; en el suelo, intentando correr sin conseguirlo porque le resbalaban los dedos en el parquet. La cogí y la dejé en el alféizar de la ventana abierta por la que supuse que habría entrado; y entonces sí, se echó a correr la muy tonta en vez de irse pared arriba, y en cuanto se le terminaron los 20 cm de alféizar bajó planeando en espiral los seis pisos hasta la calle, donde ya no me dieron los ojos para ver qué fue de ella. Pues sin red o sin paracaídas, así me siento un poco yo: como una cría de salamanquesa...

Y todo esto para introducir que sobre salamanquesas trata mi artículo en el número de octubre-noviembre (ahora será bimensual, que Ramón tiene muchas cosas de las que ocuparse el pobre) de EMNMM. Número que me ha parecido de lo más interesante; espero que a vosotros también.


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