Tras una Semana Santa en que ha hecho un tiempo estupendo, nos hemos despertado este Lunes de Pascua, festivo civil en Francia, con un cielo encapotado y frío que parece que nos acompañará durante lo que queda de semana, y veremos si no empalmando con un abril de aguas mil... Por cierto que, mirando al cielo, me he dado cuenta de que en Dijon echo bastante en falta... las gaviotas, ya veis.
Las gaviotas en el cielo, pero lo que falta en el suelo son baldosines. Éstos aparecen sólo en contadas calles del centro, y se quedan a mitad de camino entre el baldosín y la losa de piedra.
La inmensa mayoría de las aceras de Dijon, en cambio, están sencillamente asfaltadas, como si simplemente fuesen una porción elevada de la calzada.
Y por fin, tanto más cuanto más apartados del centro, en muchas calles las aceras son de grava rojiza, casi como las canchas de tenis, y en días lluviosos como hoy terminan embarrándose y dejándole a uno los zapatos hechos un asco.
Me sorprendió bastante el suelo de Dijon al llegar a esta ciudad, como podéis ver. Otro día que no llueva y saque la cámara ya haré fotos de niveles superiores al del suelo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario