Giran las manecillas del reloj, van pasando las hojas del calendario, y siendo más o menos conscientes de ello, nos plantamos hace nada en un nuevo otoño. Otoño que en Dijon ha comenzado con sol y temperaturas diurnas agradables, tras un último fin de semana de verano de diluvio y calefacción encendida. Con el discurrir de los meses, se acerca también pasito a pasito el final de mi estancia aquí. Y aunque eso pueda alegrarme en algunos aspectos, no es menos cierto que trae aparejado un "y después, ¿qué?", que de momento se ve como una nubecilla apenas perceptible allá en el horizonte, pero que sin duda irá creciendo con los días, veremos si transformándose en huracán. De momento, yo voy poniendo de mi parte lo que buenamente puedo: tras sacudir las telarañas del pedrusco, Sísifo comienza poco a poco a hacer girar la roca de nuevo. La 109 llegó ayer al Reino Unido, la 110 llegará hoy a Suiza, la 111...
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