sábado, 28 de abril de 2018

Y Mokala emplumado

Por dar carpetazo a las fotos de Mokala del fin de semana pasado, vamos con algunos pajarillos, que alguno sí se ha puesto a tiro de la cámara...

¿No os aburrís ya de ver azores lagartijeros claros Melierax canorus en este blog? Yo de verlos en el campo un poco sí; me gustaría ver un surtido de rapaces algo más variado, pero invariablemente parece que cuando salgo al campo siempre me vuelvo con la foto de alguno de estos en lo alto de un árbol o un poste. Mucho más acostumbrado a ver busardos en estas poses, estos bichos se me siguen haciendo algo raros, por no decir casi feos, con las patas tan largas y la porción desnuda de piel en la base del pico...

Un nido colonial de tejedor republicano Philetairus socius, una de las especies más características del oeste árido del sur de África, establecido en el tejadillo de las mesas de un merendero. Ya os conté en su día que estos nidos no albergan solo a sus constructores, sino también una panoplia de especies que utilizan los nidos vacíos, o que directamente expulsan a sus ocupantes originales. Os enseñe en su momento uno de estos okupas, el halconcito africano (del que vimos varios ejemplares el fin de semana), que utiliza estos nidos en exclusiva; y os enseño hoy otro:

La estrilda cabecirroja Amadina erythrocephala, especie relativamente común en las zonas templadas de Sudáfrica (incluido Bloemfontein) que, aunque es capaz de construir sus propios nidos, prefiere con mucho utilizar los de tejedor, ya sean de esa especie colonial o de las especies que construyen nidos individuales. Esta especie, hermana del "pinzón degollado" que antes se veía tanto en las pajarerías españolas, es de hábitos bastante nomádicos, como tantas otras especies del Karoo que se mueven siguiendo las lluvias: cuando vinimos en octubre no vimos ni la primera, y el fin de semana pasado eran bastante numerosas.

También propio del Karoo y nomádico es este: el escribano alaudino Emberiza impetuani, mi único bimbo absoluto del viaje. Sé que no es un pájaro especialmente espectacular, pero oye, una especie nueva es una especie nueva. Y ya solo me falta el escribano de El Cabo para tacharme todos los escribanos del país... que por supuesto sí, es la especie que debería ser más sencilla de todas, por "abundante y ampliamente distribuida", según reza la guía...

Estas aves nomádicas van siguiendo el agua, y en este año de lluvias abundantes todos los abrevaderos del Parque estaban a rebosar, no como en mi visita anterior, que venían animales de todo pelo y pluma a dejarse ver en los contados puntos de agua. Me fui con la pena de no disfrutar de nuevo de ese ir y venir constante de especies...

... pero a cambio sí había alguna que otras veces no he visto tan bien. Como las espátulas africanas Platalea alba, por ejemplo. Con el brillo de la foto no se ve muy bien, pero la piel desnuda de la cara es de un bonito (o no, como con el azor de arriba) color rojo.

Cierro ya con un último bicho cuya foto, pese a los cables de la verja electrificada que nos separan, me ha quedado medianamente bien: un alzacola del Kalahari Cercotrichas paena. Y nada, otro año que su primo ibérico se me quedará como la gran espina clavada de la avifauna peninsular por tachar...

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