Mi nuevo ordenador francés, el que os enseñé el viernes, me tenía más sorpresas guardadas, aparte de su incómodo teclado (uno español viene ya en camino...). Me preguntaba yo qué leches querían decir los "Ko" que aparecían junto a los nombres de los archivos, y por fin hoy, al ver un archivo pequeñajo, me he dado cuenta:
"Octetos", para habernos matao... vaya con la adaptación. Que luego no es que sean éstos especialmente proteccionistas con el idioma, que lo tienen lleno de anglicismos (pronunciados como Dios les dio a entender, eso también es cierto); pero se ve que justo con los bytes les entraron las ganas de innovar...
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