Como anticipaba ayer, hoy no ha llovido, y la temperatura ha sido de lo más agradable. Tampoco es que lo haya aprovechado especialmente, por otra parte, sino que siguiendo la misma tónica no me he movido mucho de casa. Supongo que Dijon no me ha llamado tanto la atención como para darme el paseo largo que tengo de la residencia al centro: tiene sus tres o cuatro iglesias y edificios antiguos, unas cuantas calles de casas más modernas y elegantes como la que os puse hace unas entradas, y por lo demás es una ciudad normalucha de edificios bastante corrientes. Ya os haré algún reportaje fotográfico cuando me centre (mentalmente, y en cuanto a lugar de residencia).
Pero lo que pueda faltarle de espectacularidad urbanística, parece que lo suple, y eso que todavía estamos en invierno, con animación animal; de momento el pajareo de ventana me esta rindiendo bastante, al igual que los recorridos a la búsqueda de casa. Rara es la vez que miro el seto de carpes recortados y avellanos que tengo delante y no me encuentro algunos páridos (carbonero común, herrerillo común o capuchino, mito...) recorriendo inquisitivos el laberinto de ramas. En el campus, y como suele suceder en Centroeuropa, son los córvidos las aves que por grandes y gárrulas más se hacen notar: cornejas y grajas sobre todo, y también grajillas, urracas y arrendajos. suenan de tanto en cuanto los relinchos del pito real euroasiático Picus viridis, suficientemente distintos de los del ibérico P. sharpei. Este pájaro carpintero es de momento la única especie no presente en España que llevo en mi exigua lista francesa, y confío en que sea su primo el pito cano la primera especie que me tache en la postdoc (y confío en que sea pronto, vaya, y no estar hablando a meses vista). ¿Qué más hay? Fringílidos variados, mirlos, torcaces, tórtolas turcas, chochines, estorninos pintos... lo normal de la época; a ver si llegan pronto el sol, los insectos y las aves insectívoras. Rapaces también hay: sin poner esfuerzo, recuerdo, llevo dos gavilanes y un halcón peregrino, y dos milanos reales y un busardo ratonero que daban vueltas tan ufanos sobre la iglesia esta mañana de domingo. Mucho pájaro me sale en la lista, y tengo ganas también de "camorchear". A ver si encuentro pronto dónde y con quién.
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