Llueve en Dijon. O mejor dicho, ha llovido hoy todo el día, con ganas primero y perdiendo fuelle poco a poco, hasta que al salir a la calle esta tarde ya apenas caía una llovizna fina y densa a la vez, casi niebla. Tampoco es que haya hecho demasiado mal tiempo esta semana: algo más de agua y muy nublado, con algo de aguanieve cuando en España os estabais congelando, pero también sol, y las temperaturas de lo más normalitas. Espero no tener ya que vérmelas este año con un invierno continental, y dejarlo si acaso para cuando, el enero o febrero que viene, sea ya perro viejo en esta ciudad.
Llueve en Dijon, pero independientemente de la lluvia, si todavía no he salido a hacer turismo de verdad por el centro, o a bichear al parque, es porque en este impasse de la búsqueda de piso y de aterrizar en un nuevo trabajo, no me resulta "correcto": como que la cabeza me dice que tengo que estar a otras cosas, aunque luego a la hora de la verdad desperdicie un poco el sábado trasteando ocioso por Internet. Mañana domingo parece que no lloverá. A ver qué me da por hacer...
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