Una semana ha pasado desde que me fui al congreso de Bª Insular, y todavía no he vuelto... o al menos cuando esto se prepublique hoy a las siete. El edificio de arriba es la Gare de Lyon: la estación desde donde sale el tren de París a Dijon, y que si el avión que nos traía desde Lisboa hubiese llegado a su hora yo no habría tenido ocasión de llegar a fotografiar por fuera, demasiado tarde ya para ir a casa... una cierta contrariedad con que acabar el viaje, que se unen al avión de Lisboa a Terceira que en el viaje de ida se estropeó y no llegó a despegar, teniendo que cambiarlo; y al no-robo de nuestras pertenencias dejadas en el coche de alquiler, cuyo relato dejaré para dentro de algunas entradas... con todo y con eso, lo que peor he llevado esta semana ha sido no poder utilizar el móvil, y no digo ya por el uso del wasap sin wifi, sino por poder usarlo como GPS y mil otras cosas en las que hasta la fecha no había caído en la cuenta; tan tontas como despertarme por la mañana, sin ir más lejos. ¿Qué sucedió? Pues algo tan tonto como que, al encender el móvil tras apagarlo durante el vuelo de ida, no me acordaba del PIN, y a base de equivocarme, el teléfono acabó pidiéndome el PUK, que tenía apuntado en casa*. Así que sin móvil estuve, aislado en una isla. Y al final, tampoco me ha ido tan mal... como veis, si estas son las peores cosas que me han pasado durante el congreso, es que de hecho nos lo hemos pasado bastante bien (bimbos incluidos). Mañana empiezo...
* Ya, ya sé que el PUk podría haberlo mirado desde el principio en la web de la compañía por Internet. Ahora lo sé...
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