La muda que dejó muda a la señora. La muda... de la culebra, se entiende. Cuando ya dábamos este verano por enterrado y amortizado, todavía La Voz nos sorprende con los últimos coletazos de una serpiente del ídem. Y a juzgar por las pieles que calza, deben de ser coletazos de categoría.
Pero una cosa es encontrar la señal de La Bestia, y otra muy distinta darse de bruces con ella, como les sucedió hace unos días a Ermitas y Voli (si no sale el nombre de la mascota no es una noticia de LaVoz TM). Pero mejor que os lo cuente ella que, de verdad, no tiene desperdicio...
Terrible, apocalíptico... |
Muertos os habéis quedado, normal. Muerta se habría quedado la señora también, de no ser porque a su edad ya no se espanta de nada, y menos con el historial de trato con serpientes que tienen en su familia... en fin, dejo ya el tono irónico, que la buena mujer no lo merece; y vamos a darle un par de vueltas a lo que cuenta, ya en serio. Tras pensarlo un rato, se me ocurre que han podido pasar tres cosas:
- Que lo que relata doña Ermitas sucedió así, punto por punto.
- Que lo que cuenta es el recuerdo de lo que vio y no el reflejo fidedigno de la realidad: que ni la culebra era tan pavorosa, ni el lagarto tan grande, ni la lucha entre ambos tan enconada. Esto me parece un poco más probable que lo anterior.
- Y una tercera opción, que la verdad me parece la más plausible: que doña Ermitas, sugestionada por los relatos anteriores sobre culebras gigantescas en el parque, identificó mal lo que vio; y que lo que vio fue en realidad no una culebra, sino un visón o una nutria saliendo del agua en pos de una rata. Esto explicaría detalles tan extraños como que la pelea estuviese ya desarrollándose en el agua, pasase después a tierra y de vuelta al agua luego, que el "lagarto" chillase, o que la "culebra" fuese "bastante gruesa y con una cabeza muy grande"; pues casi todas las serpientes, por grandes que sean, son bastante "tubulares" y la cabeza suele ser muy pequeña. El pelo mojado, pegado al cuerpo, puede dar fácilmente una impresión de suavidad reptiliana, y más en una nutria, que es un bicho muy alargado. Ya lo del color "verdoso"... bueno, a saber a lo que llama la señora "verdoso", pero si es éste el único detalle difícil de explicar de mi historia, creo que gana por goleada a todas las demás.
En fin... mientras no desemboque esto en una caza de brujas-culebras y en una "limpieza" masiva del pobre arroyo, al menos nos habremos reído un rato. Pero no las tengo yo todas conmigo...
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