Jueves Santo en la catedral. Visto el llenazo del Domingo de Ramos (y ya suele estar llena normalmente), supuse que esta tarde estaría la cosa imposible; pero no, se ve que este pequeño puente* muchos bloemfontenianos se han ido de vacaciones...
Monseñor Jabulani**, el arzobispo, predicó sobre un tema que me gusta mucho: el Dios palpable, y palpador. Jesús no es una columna de fuego, un vendaval u otro ente tan magnífico como ajeno a la naturaleza humana, sino un Dios que toca: que toca el pan y el vino, Y la lengua y los oídos del sordomudo, y los pies de los discípulos. Un Dios al que Tomás mete la mano en el costado, y que aunque lo agobie la multitud siente cómo la hemorroísa lo toca. Y el tacto, la caricia, en la base del amor.
Adoro te devote, en inglés. Cantando como suelen cantar aquí himnos ingleses decimonónicos, tan solemnes y bonitos como desconocidos para mí, me dio mucha alegría escuchar una música conocida. La letra muy bien traducida, pero se saltaron la estrofa del pelícano, mi favorita. Cantaron también el Tantum ergo en alguna lengua bantú que no entendía... hasta que me di cuenta de que era latín.
* Aquí son festivos nacionales el viernes y el lunes, y toda la semana que viene es no lectiva.
** Sí, como el balón.
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