Hay un pub irlandés en Bloemfontein (¿y dónde no?) medianamente grande y conocido, el Copper Clover, que como tantos otros similares alrededor del mundo organiza, no semanalmente, sino cada mes, "quizzes", concursos de preguntas y respuestas por grupos. Y en mi dinámica actual de "para lo que me queda de postdoc, me voy de Erasmus", me dio por participar ayer, junto con varios otros del Departamento, del grupo de Joaquín; íbamos de hecho a ser un grupo al principio, y por el "culo veo, culo quiero" terminamos engrosando con cuatro equipos las cuentas del bar. Si bien el resultado en términos generales fue bastante discreto (27 preguntas correctas de 50, aunque por discordancias varias con la organización y entre nosotros bien pudiéramos haber tenido cuatro o cinco bien más), me fui del lugar rematadamente contento porque:
- Cuesta muy poco conseguir que los demás crean que uno es mucho más listo de lo que es. Basta con saber bien un par de respuestas, acertar otra de chiripa, y sobre todo sostener que una respuesta es correcta aunque todo el grupo opine lo contrario y pongan otra cosa, y que luego sea la tuya la correcta; entonces el remordimiento de los demás multiplica la apreciación hacia uno.
- Nuestro objetivo principal a fin de cuentas era quedar por encima del grupo de Kenny, que se había pasado todo el día en la facultad soltando bravatas de cómo iban a arrasar por la tarde; y los superamos con creces.
- Y sobre todo porque en ese bar hacen un hígado (uno de mis platos preferidos) que está de rechupete.
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