domingo, 10 de junio de 2018

Y más Botánico aún...

 ... por si os habíais quedado con ganas. Ya sé que llevo tres entradas seguidas para describir una única visita al botánico de Pretoria el miércoles pasado, pero es que ayer se me cayeron algunos planes de pajareo más ambiciosos que tenía entre manos, y terminé por volver a darme una vuelta por el mismo sitio. Caminando mucho mas despacio y parándome en casi cualquier esquina, ahora que ya lo había visto y sabía a qué atenerme. Y tal vez por eso, y a pesar de, al ser sábado, haber mucha más gente, no solo vi de nuevo las dos especies que sumé el miércoles, sino que añadí a mayores dos más. Si es que en esto del campo la paciencia es la clave...

 Ea, vamos con algunos pajarillos, que de lo no emplumado no vi nada destacable. Os pongo esta foto de un bulbul naranjero Pycnonotus (barbatus) tricolor para tener en el blog fotos decentes de los tres miembros sudafricanos del género, y que veáis cómo cambia el color de los ojos (y un poco el del plumaje también).

 Sirva lo mismo para este zorzal de Kurrichane Turdus libonyanus, aunque en la provincia de Gauteng coinciden este y el del Karoo, del que se diferencia, si os fijáis en la foto de hace unas entradas, por tener vientre y pico más naranjas, y además un pequeño babero blanco y negro.

 Un alcaraván de El Cabo Burhinus capensis, al que su nombre inglés de "alcaraván punteado" (spotted thick-knee) le viene la mar de bien. Ya sé que lo he sacado más veces en el blog, pero es que ¡es un bicho que me gusta mucho! Por ser el primero, para empezar, y porque como en España veo alcaravanes de Pascuas en Ramos, se me hace muy raro (y como que haya que "estarles agradecido") verlos aquí como aves casi urbanas.

 Os dije arriba que me había bimbado dos especies, y esta es una de ellas: un ave-ratón común Colius striatus, con la que completo las tres especies de la guía del sur de África (esto del coleccionismo, ¡cómo es!). No la he pillado nada bien, ahí solo de medio cuerpo y entre el ramaje, pero aun gracias, porque del otro bicho nuevo solo tengo una foto horrorosa. Y me fastidia, porque era un bicho de lo más chulo: un busardo gavilán Kaupifalco monogrammicus, una rapaz a medio camino entre busardo y gavilán (je) que caza sobre todo lagartos. Lo pillé de casualidad al escuchar unos bulbules armando un escándalo considerable (como de costumbre) y ver que no se gritaban entre ellos, sino a algo: desde mi punto de vista su objetivo estaba posado justo al otro lado de una maraña inmensa de ramas, y me costó Dios y ayuda conseguir enfocarlo mínimamente como para saber qué era. Y encima al querer acercarme se echó a volar y desapareció...


 Bueno, me consolé con los áloes, en los que había más actividad que en días pasados. A mayores de las aves especializadas en alimentarse de néctar, visitan estas flores muchas otras aves que, poseyendo también un pico lo suficientemente largo y fino, pueden también llegar a rebañar algo. Aves como los anteojitos de El Cabo Zosterops virens, que no se dejaron fotografiar bien, o este estornino de El Cabo Lamprotornis nitens, con el que sí anduve más acertado. Y qué cansinas las guías, que solucionan el nombre de la mitad de los bichos metiéndole un "del Cabo" detrás...


 A quien sí pude pillar bien esta vez fue a la otra suimanga del parque, la pechiblanca Cinnyris talatala: una hembra en un áloe de flores rojas....

 ... y un macho en uno de flores amarillas.

Y un Antón, en un banco de madera. Sigo vivo, y espero que no muy cambiado...

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