miércoles, 5 de septiembre de 2018

¡A la ciudad!

Me acabo de dar cuenta de que la entrada de ayer se me había quedado en el tintero, sin publicar... bueno, pues ración doble hoy. Uno de los inconvenientes de vivir en Midreshet Ben-Gurion, que no he tardado nada en descubrir, es que aquí hay más bien pocas cosas: el pueblo se articula en torno al campus y a la entrada del Parque Nacional Ben-Gurion, y por ejemplo, como supermercado, solo hay un sitio de esos como de pueblo de playa: pequeño, con poca variedad de productos, y muy caro. Y no hay bancos, tiendas en general... en fin, que para hacer casi todo, o lo hace uno por Internet, o se desplaza a la ciudad: a Beerseba. Y allí que me fui esta mañana, en un bus lleno de soldados. De soldaditos más bien: casi todos los israelís hacen el servicio militar obligatorio (dos años ellas, dos años y medio ellos) justo al terminar el instituto, por lo que según parece en las fechas en torno a los fines de semana, o los festivos, como ahora el año nuevo, los medios de transporte se colapsan de centennials que van a ver a papá y mamá, todos colgados de sus móviles. En Beerseba, gracias a la ayuda como traductora de la de máster de mi grupo conseguí abrir una cuenta bancaria en menos de tres horas. Y conseguir número definitivo de teléfono móvil (aunque seguid contactándome por el wasap español, que es lo más cómodo), y tarjeta de estudiante para los transportes públicos. Que usé a destajo desde que la tuve, porque se agradecía el aire acondicionado. Y porque coger el bus urbano le hace sentirse a uno como más integrado, ¿no?


1 comentario:

  1. Buf. Para que tú digas que se agradece el aire acondicionado. el calor que debe hacer... xDDD

    FJP

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