viernes, 21 de septiembre de 2018

Pisando lo fregado

Viernes: no es festivo, pero vaya, vuelve a ser fin de semana. Los fines de semana de todas maneras (para compensar tanto festivo, supongo) son aquí cortos, y el viernes por la mañana los críos aún tienen clase. En la universidad eso ya se estila menos, pero igualmente hoy me ha tocado deslomarme un poco: aunque tenemos una técnico que se encarga del mantenimiento de los animales, mi jefa (con buen criterio, por otra parte) quiere que yo esté también al tanto de cómo se hace todo, y hoy me pasé el día limpiando jaulas y segando alfalfa...
Y enlazando con el tema de la limpieza, ¿sabéis como friegan aquí el suelo? Es lo que tiene viajar: que uno descubre formas distintas de hacer las cosas, y algunas de ellas sorprendentemente mejores... pero no la manera de fregar, en este caso. Buscando sin encontrar fregonas en los supermercados, me fijé en que su equivalente (según los dibujos, porque que todo esté en hebreo no ayuda a saber qué es cada cosa) tenía pinta de ser un objeto con pinta de limpia cristales grande, con mango largo. Con algunas variantes (con/sin esponja en la punta), pero ni idea de cómo se usaba en cualquier caso, porque eso no cabe en ningún cubo para mojarlo... Descubrí cómo usarlo hace poco, y de una forma bastante molesta: entró la señora de la limpieza al despacho grande donde estamos todos y dijo algo en general a mi espalda sin que le prestase mucha atención (en hebreo; desconecto), y lo siguiente que sucedió fue que un chorro de agua empapó mi pie derecho. Me giré, y vi que la señora estaba echando agua de un cubo por todo el suelo del despacho con bastante poco cuidado, mirándome con cara de "yo ya te avisé, payaso"; los demás del despacho habían hecho sibilinamente mutis por el foro. Les acompañé a la sala del café, y desde la puerta vi cómo la señora utilizaba el susodicho aparato para, tras atarle una toalla en la punta, ir arrastrando agua roñosa de un sitio a otro. Pues estamos buenos con la tecnología puntera de este país... cuando viaje a por la ropa de invierno me traigo un muestrario de fregonas e igual inicio una start-up...

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