sábado, 29 de septiembre de 2018

El lobo zorruno

 Como adición a los campamentos surgidos al rebufo del Sukot, se ha añadido al paisaje sensorial del pueblo un elemento que me trae muchos recuerdos de Sudáfrica: un omnipresente olor a barbacoas. Y al pensar en la carne, pensé en los carnívoros, y me di cuenta de que ahí había otro nexo con mi anterior destino: en comparación con casi cualquier país europeo, Israel tiene una fauna de carnívoros mucho más variada, y de reminiscencias más africanas. La presencia humana en Oriente Medio ha sido anterior y más intensa que en Europa durante mucho tiempo, pero no así la transformación del ambiente: aquí pocas tierras se pueden cultivar, y el monte ha quedado mucho más "a monte" que en otras regiones. Faltan casi todos los grandes herbívoros que en su día hubo (avestruces, onagros, diversos tipos de antílope...), claro, porque esos sí se comen; pero los carnívoros en cambio no, y cuando no molestan mucho, pues ahí se quedan. Resulta paradójico pensar en que los carnívoros puedan prosperar cuando faltan los herbívoros, pero es un signo de su capacidad de adaptarse: las especies grandes pasan a alimentarse de ganado y basuras, y las medianas y pequeñas de las ratas y ratones cuya abundancia se dispara en torno a los núcleos humanos. De este modo, y aunque en Israel ya no hay leones desde hace mucho, y los leopardos posiblemente se hayan extinguido hace nada, sí sigue habiendo hienas rayadas, lobos, chacales dorados o caracales, amén de otros carnívoros medianos como tres especies de zorro o dos de gato montés...

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... Y todo este rollo para comentar que he visto mi primer chacal dorado Canis aureus, y que me ha hecho mucha ilusión. Oculto en la espesura cercana al parking del parque nacional, atento a las basuras de los excursionistas; haciendo gala a la vez del aprovechamiento y discreción con respecto al hombre que le permiten sobrevivir donde no se le quiere. Er un bicho que tenía ganas de ver, y me preguntaba si sería fácil de distinguir de un lobo, un perro o un zorro. Y sí me lo pareció en directo, pequeñajo y con una especie de "cabeza de lobezno", como muy redondeada; bastante distinto en jizz de los chacales de lomo negro que había visto en Sudáfrica, con los que, a pesar del nombre, está menos emparentado que con los lobos. Ea, a ver quién es el siguiente en subirse a mi lista...

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